sábado, diciembre 31, 2011

BALANCE 2011


A sólo unas pocas horas de las uvas, una mirada hacia atrás puede ayudarnos a comprender algunas de las claves personales en las que se nos ha venido pasando el año. Si 2010 fue el año del dolor, de un dolor animal y descontrolado, 2011 ha tenido que ser por fuerza el año de la sombra, de la soledad, del silencio. Demasiados pedazos rotos para recomponerlos con rapidez. El año del luto.

Todavía no he sido capaz de poner orden en casa, de vaciar cajones y de borrar rastros. Hasta este blog que fue tan importante durante la enfermedad y la muerte de Leo ha estado un poquito más callado que de costumbre, si bien es cierto que twitter, como nueva red y nuevo descubrimiento, ha ocupado buena parte de los esfuerzos en pro de la comunicación virtual. Pero todavía he sentido fresco y cercano el aroma de la amistad, gracias a tantos, a tantas, de quienes compartís palabras desde otras pantallas o desde la cercanía física. Más deuda por pagar que me hace acreedor vuestro por los siglos de los siglos.

2011, el año de comprobar cómo algunos errores propios, algunas trampas ajenas, tiraban por tierra el trabajo de años, y como suele ocurrir en los tiempos difíciles, cómo se reavivan los modos cainitas y los frentes excluyentes. Como fuere, sé que no sólo no me gusta lo que veo y lo que presiento entre los ganadores políticos de las dos últimas citas, y que pronto sentí que en el 15M no tenía lugar y que, seguramente, tampoco quería tenerlo, tras algunas situaciones. Así que sigo teniendo clara cuál es mi casa, dónde están mis valores y quiénes los representan. Agradezco a José Luis Rodríguez Zapatero y a quienes han estado a su alrededor su trabajo, su esfuerzo y muchas de sus decisiones, como agradezco lo mismo y por lo mismo a Lola Gorostiaga. Lo que no implica no sentir que algunas cosas se podrían haber hecho de otra manera y tal vez con otros resultados. Lo que no implica tampoco ignorar que hacen falta fuertes cambios hacia el futuro, con los que recuperar la emoción, la ilusión, la tensión que se ha perdido. Un reto esencial para el primer trimestre de cuya resolución dependen tantas cosas.

Algo positivo, por fin tomó forma "La mirada caliza" y sigo contento con la edición, los poemas y las crónicas y reseñas de lectores y críticos. Habrá que seguir por uno de los escasos caminos que ahora suponen motivación y crecimiento. Junto a, cómo no, mis alumnas de literatura y de música, mis mujeres lectoras, los espacios en los que al menos uno se siente útil.

Me doy cuenta de que lo han ido consiguiendo, al menos conmigo, llenarme de miedo y de incertidumbre, pensar en el 2012 como una terrible prueba a superar y no como un horizonte que alcanzar. Pero ya que poco a poco el silencio ha ido trayendo de nuevo cierta serenidad, serán meses en casa, meses de exploración en los que no pienso dejar espacio al miedo, aunque será difícil que triunfe el entusiasmo.

Os espero dentro de unas horas para completar una nueva e incierta travesía. Trataremos de llenarla con voces y palabras, con música y poemas, con perras locas y gatas perversas. Viviremos desde la crítica y la construcción, desde la rebeldía y la tristeza que no van a dejar de habitarnos. Al menos hasta que el 21 de diciembre de 2012 el mundo se termine.

Que sigáis siendo estrellas, que sigáis brillando y compartiendo vuestra luz. Que los tiempos duros no sean capaces de romperos porque sois juncos libres capaces de doblarse y levantarse y volver a mirar el tiempo desde lo alto. Que no nos roben la libertad, la justicia, la alegría, la solidaridad, la amistad, esas barricadas de afecto y de furia a las que sin duda estaremos convocados. Luchemos, disfrutemos, lloremos, gritemos, cantemos, riamos, vivamos. Feliz 2012.

jueves, diciembre 29, 2011

FLOR DE SONETOS: LETICIA, MON AMOUR


Grandes días, grandes frases, grandes desafueros esperamos en Cantabria de nuestra flamante Consejera de Justicia, Leticia Díaz. Que en los períodos ante-presupuestarios ha brillado con propia llama y destacado por su fácil verbo y su desequilibrado sentido de la objetividad que debería ser horizonte de toda administración capaz de representar, de intentarlo al menos, a toda la ciudadanía.

En la estela de Ana Mato, cuestiona que se hable de violencia de género, porque la infancia estaría entonces desprotegida por la Ley Integral, y reivindica que se hable de violencia doméstica. Confundiendo causas, situaciones y en consecuencia conceptos, en una alteración interesada que dificultará la lucha contra el maltrato al ignorar su raíz más profunda, el machismo, y que provocaría confusión legal, al encontrarse, como ella bien sabe o debería saber, ya que se define como experta en protección a menores, la violencia contra la infancia debidamente codificada en el Ordenamiento jurídico español, con sus propias medidas. El cierre de los pisos de acogida para mujeres víctimas de maltrato, sin tener antes prevista una alternativa, acusando a las organizaciones que los gestionaban de ser el brazo armado de la peligrosa ofensiva socialista-feminista, sin importar que se tratara de organizaciones con amplia profesionalidad y experiencia, de prestigio reconocido en Cantabria. O que tamaño dislate nos haya descubierto, oh sorpresa, que las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y Cáritas Diocesana son peligrosos quintacolumnistas del más feroz Marxismo. Rematando en radio con la bonita reflexión de que la violencia que de verdad debe preocupar es la violencia contra los no nacidos. Un desafuero que sólo podría ser explicable en los labios martinezcamineros. Pero es que doña Leticia (Díaz, no se me confundan) más parece prestar atención a los documentos episcopales que a la legislación vigente y los intereses generales.

Así que antes de que imponga el rezo del Ángelus en su dominio consejeril, he tenido la fortuna de hallar un soneto sin padre que vagaba, como el polvo de los Kansas, en el viento.

Y que reza así:

LETICIA, MON AMOUR

Entre un gobierno gris y provinciano
brilla la consejera de Justicia,
católica cabal, dulce Leticia,
la de la cruel espada entre la mano.

Apura en el recorte, grano a grano,
como una hormiga enferma de avaricia,
que en ella es natural y no malicia
cortarte los derechos por lo sano.

Si no eres de su secta, eres sectario;
si no eres un cigoto, nada vales;
Dios te ampare, si sufres vil violencia.

Por ti, a lo más, musitará un rosario,
mientras de tu refugio afuera sales
sin protección. Señor, ¡danos paciencia!.

lunes, diciembre 26, 2011

CARMINA, LA DE SIERRA


Fue visitando el Monasterio de Suso, en San Millán de la Cogolla, buscando los orígenes de nuestra literatura, cuando a Carmina, la de Sierra, se le iluminó la cara, se le disparó la memoria prodigiosa y se le perdió para siempre esa modestia, esa falta de seguridad propia de las mujeres del medio rural. Y comenzó a explicar detalles de la vida de la reina Toda de Navarra, allí, donde tan curioso personaje encontró la piedra y el descanso definitivos.

Hacía ya siete años que habíamos leído "El viaje de la reina", de Ángeles de Irisarri, en el grupo de lectura formado en la Biblioteca de Villanueva de la Peña bajo los auspicios del programa "Espacio Propio", concebido para dar impulso, seguridad, oportunidades, igualdad, a las mujeres rurales de Cantabria. Un programa ambicioso, lleno de intención, en el que se apuntaba al crecimiento personal y social de mujeres que en la vida han tenido muy pocas cosas y menos oportunidades. Comenzamos allá por la primavera de 2004, alrededor de una mesa, sin muchos más enseres que las ganas de leer, en una tarde que significaba mi primer encuentro con las mujeres lectoras de Mazcuerras y el primer paso de los grupos de lectura que desde entonces formarían parte de "Espacio Propio". Y comenzamos con las peripecias de Toda de Navarra, contadas con estilo divertido y punzante.

Recuerdo como una primera anécdota el comentario "Pero se trata de acercarlas a la lectura, de que aprendan el hábito y así disfruten, y aprendan y ocupen de forma creativa y enriquecedora su tiempo. ¿Cómo se te ocurre llevar una novela histórica tan rara?". Pero doña Toda se quedó ya para siempre como un símbolo del placer en Villanueva, allí donde "leer engorda".

Y es que el grupo de Villanueva de la Peña estaba habitado por Todas y Todas. Por mujeres valientes, a las que nunca habían arredrado las dificultades. Mujeres que llegaban con sus vidas y sus historias, tan duras a veces, cargadas sobre los hombros y que al principio casi temblaban cuando, por fin, se atrevían a opinar, a mostrar su opinión crítica sobre el libro propuesto, a buscar el modo de engarzar las páginas y la vida, y así aprender a buscarse, a conocerse, a vivir con un fuego nuevo en la mirada. Cada una de ellas con esos pequeños detalles que la convertían en una luz especial y memorable. Y entre ellas la alegría y la curiosidad infinita de Carmina, la de Sierra.

Una mujer que siempre había disfrutado de los libros, a pesar de contar con una formación punto menos que básica, que había encontrado a duras penas tiempo para leer a lo largo de años devorada por el trabajo de una pequeña explotación ganadera, de los hijos, y de la memoria de ese marido que se le marchó tan pronto dejándola a cargo de tantas responsabilidades. Hablaba Carmina de los libros que leíamos sin pelos en la lengua, ajustando siempre cuentas con aquellos textos, capítulos, personajes que no acababan de convencerla, casi siempre entusiasmada con esa coletilla "Qué cosa, ¿eh?" que siempre venía anunciando una pequeña crónica feliz de las horas felices invertidas en Laura Restrepo y José Luis Sampedro, en Josefina Aldecoa y Dulce Chacón, en Emily Brontë y Elena Soriano, en Amèlie Nothomb y Antonio Marí, en John Steinbeck y en Meir Shalev... Y tantos y tantos que aprendieron a formar parte de la vida, de la risa, del alma de Carmina. Que leía más rápido, que terminaba los libros antes, que con voracidad pedía más y más libros, más y más vida, más y más tiempo.

Ahora que leemos grandes estupideces en la prensa regional sobre lo que fueron los programas de integración y promoción de la Dirección General de la Mujer del gobierno anterior, esas en las que la consejera Leticia Díez afirma sin vergüenza alguna que lo que necesitan las mujeres de los pueblos es que otra mujer les cuide las vacas para que puedan irse de vacaciones, quiero recordar en esta Navidad que nos ha dejado sin Carmina, a una mujer, a una mujer con nombre, con rostro, con historia, que vivió desde dentro todas las oportunidades que por vez primera se le ofrecían, una mujer cuyo entusiasmo no pudo ser roto por los años, que lunes tras lunes acudía a la biblioteca con su bicicleta para seguir leyendo.

Ahora que se buscan disculpas y excusas para borrar lo escrito, quiero dar las gracias a Chabela Méndez, que supo ver las necesidades de tantas mujeres de Cantabria y trabajó duro para encontrar respuestas. Las gracias a Pili, la bibliotecaria de Mazcuerras, que ha sido un ángel comprometido con el bienestar de "sus" mujeres. A Celestino, que en su etapa como Alcalde de Mazcuerras, y a su concejala de cultura, Ana, abrieron la puerta al programa. A Lina, la Nena, Milines, Margarita, Evangelina, Rosina, Sarín, Bernardina, y todo ese largo etcétera de lectoras que han ido pasando por los grupos de lectura, con las que he aprendido a compartir emociones, sueños y pesadillas, de las que tanto he aprendido y tanto he recibido, que han formado parte de momentos mágicos y que supieron estar cerca cuando el cáncer se llevó a Leo.

Las gracias a Carmina, la de Sierra, la invencible, la generosa, la alegre, la lectora, la sabia, la memoriosa. Que ha firmado tantas páginas de su historia entrelazándolas en la mía. Que se ha marchado con discreción, después de recordarnos que el trabajo, la dedicación, la vocación tienen su recompensa, de hacer que nos sintamos queridos y valorados. Después de habernos recordado, sí, de nuevo, que los libros nos salvan.

lunes, diciembre 19, 2011

EL CENTRO BOTÍN Y LAS IMÁGENES DEL PODER


A lo largo de la historia, Arte y Poder han viajado de la mano, en una unión íntima que nos permite explorar los designios, estrategias e ideas de quienes se han erigido en gobernantes de cielos y tierras a través de los símbolos e iconos con que imágenes, palabras, sonidos han tratado de representarlos.

¿Podríamos explicar el grandioso esplendor de la música barroca italiana sin la Contrarreforma? ¿No fue el coral un vehículo privilegiado para la difusión de las ideas de Lutero? ¿Cómo imaginar al Rey-Sol sin las triunfales representaciones que del monarca nos dejara Rigaud, herederas de las que pintara Rubens para exaltar a su madre María de Médicis?

Allí donde han sido los dioses quienes han ocupado la cima del poder, fueron sus gestos amables o airados, sus historias y leyendas, los rostros de sus embajadores en la tierra, los que ocuparon el corazón de las representaciones artísticas. Han sido sus ciclópeos templos los que han presidido el sky-line de nuestras ciudades. Allí donde la modernidad o las armas han colocado caudillos civiles, nobles, condottieros y monarcas en la cúpula, nos ofreció el arte sus retratos ornamentados y altivos, sus esculturas ecuestres, sus villas y palacios. Cuando las revoluciones liberales y la Ilustración abrieron la puerta a los burgueses acomodados, crecieron las ciudades con espectaculares trazados urbanísticos, teatros y óperas. Las revoluciones sociales y obreristas elaboraron particulares imágenes del pueblo en marcha, ocuparon el cine y el póster.

Desde otra óptica del debate público, el proyecto de construcción del llamado Centro Botín, diseñado por Renzo Piano, en un lugar señero de la Bahía de Santander, provocando la ruptura de la vieja ciudad con su paisaje, de la ciudad que fuera puerto con su mar, es un debate sobre el poder social.

La democracia trajo obras públicas y espacios comunitarios, en lo que tal vez fuera una fantasía de la cultura de todos, de la ciudad de todos. Pero son ya muchos años en los que las grandes finanzas marcan el territorio con la misma constancia y precisión con la que los perros orinan sobre sus esquinas favoritas o los alces se restriegan contra los árboles que delimitan su espacio vital. Son las grandes corporaciones las que compran en subasta los cuadros de Van Gogh y los Stradivarius, los que presionan para que las leyes de mecenazgo favorezcan sus inversiones en el mundo de la cultura, organizan, alientan, becan y edifican no sobre un criterio de utilidad pública sino desde el de su propio capricho. Y si bien es cierto que desde sus arcas fluyen aportaciones importantes, no lo es menos que siempre acaban teniendo un coste social importante, en forma de desgravaciones fiscales, cesiones de espacios públicos, aportaciones públicas para el desarrollo de sus actividades y un largo etcétera.

Ha tenido su punto de bochorno escuchar a los validos del Señor Feudal, a los medios travestidos de pregoneros del castillo, a curiosos bufones en espera de alguna dádiva o condecoración pensionada loar la munificencia del magnate por dignarse a levantar su mausoleo a este lado de la bahía, ya tomada por la torre de su búnker la otra orilla. En una sucesión de alabanzas tan huecas como poco meditadas, de las que parece deducirse que Santander será salva, Aleluya, por la merced del Señor de la Finca. Y sin cuestionar programaciones y futuro, sin poner traba alguna a la ocupación de espacios públicos (¿cómo que no nos cuesta nada?) ni al sacrificio permanente de la siempre reclamada apertura de Santander hacia el mar. Ni una palabra criticando una ubicación que pensaba desplazar un monumento, pequeño pero singular, como es la Grúa de Piedra, o irrumpir en los Jardines de Pereda para que el Señor pudiera desplazarse como Febo redivivo sin tocar suelo mortal. Y todo ello bajo el racional y evidente argumento de que "El Señor ha dicho que o es aquí y es así o no hay ni pelas ni proyecto".

O lo que es lo mismo, que el ego del valido santanderino quedaría una vez más frustrado sin la oportunidad de inaugurar tan señero icono del poder, sin semejante proclama de quién es el que manda en Santander. Que las normas que rigen para El Señorito no son las mismas a las que debemos de someternos los ciudadanos del común. Que Botín da la orden y la cerviz de muchos se orienta hacia el suelo.

Sería la oportunidad, claro, de replantear algunas cuestiones sobre la ciudad, de recuperar espacios. Pero ha dicho El Señorito que la quiere ver desde la ventana de su despacho.gobernando for ever and ever la primera vista de Santander por el mar e imponiendo su masa a cualquier intento desde tierra de descubrir la bahía. Y si no no hay caso.

Así que frente a la sensatez, hay que reconocerlo, del arquitecto Piano, que al menos ha escuchado y ha realizado algunas modificaciones para rodear algunos de los puntos más conflictivos (y si lo ha hecho el propio arquitecto, ¿por qué validos, cortesanos, voceros, pregoneros y bufones no fueron capaces de sugerir aunque fuera en voz bajita esos mismos cambios?), don Emilio Botín ha decidido mostrar a las claras quién es el que de verdad manda en Santander. Y quiénes los que obedecen. El Poder y su representación plástica.

Nada nuevo bajo el sol.

miércoles, diciembre 07, 2011

EL SÍNDROME DE BELINDA Y EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Menos de un mes le costó al Tribunal Constitucional de Portugal decidir sobre el recurso presentado contra el matrimonio en igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo por el Presidente de la República, primo occidental de los populares españoles. Unos cuatro meses resultaron suficientes para que el Supremo de México explicara a varios estados especialmente conservadores que estaba totalmente fuera de lugar su recurso para evitar los efectos del matrimonio igualitario en sus territorios (a día de hoy se puede celebrar en México DF, aunque algunos otros estados han iniciado procesos similares). No mucho más tuvieron que esperar las resoluciones planteadas acerca de diversos extremos relacionados con el derecho al matrimonio entre dos hombres gays o dos mujeres lesbianas en Sudáfrica (inconstitucionalidad del matrimonio sólo para heterosexuales), California (validez de los matrimonios celebrados antes del referéndum que anuló la decisión de la Asamblea estatal) o Israel (validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en terceros países donde la legislación así lo permitiera).

Seis años después del infame recurso presentado por el Partido Popular contra la igualdad de derechos para todos los españoles, nuestro Tribunal Constitucional continúa bajo el Síndrome de Belinda, incapaz de emitir sonido alguno.

Fue hace ya mucho tiempo cuando algunos sondeos y filtraciones parecieron augurar un pronto y feliz resultado, con un aval claro al matrimonio igualitario que habría ido firmado por nueve de los doce magistrados. Incluyendo, pues, a varios del bloque más conservador. Después fue demorándose al son de la llamada "estrategia Trillo" (qué personajillo, señores, qué personajillo) dispuesto a enmierdar toda decisión de un legislativo favorable a la izquierda, poniéndola bajo sospecha de constitucionalidad, sobrecargando de papeles al alto tribunal y, para redondear la jugada, bloqueando su renovación en una especie de golpe de estado constitucional que de entrada sirvió para sumar deslegitimación y hartazgo a la deteriorada imagen de las instituciones. Y de salida, para sentar en el organismo público a uno de esos peones que desde la sombra hicieron el juego a la mencionada estrategia, probando su incapacidad para entender de la ley sin dejarse llevar por sus propios prejuicios ideológicos y religiosos.

El último episodio, después del sainete del Senado, fue continuar el bloqueo en el Congreso para colocar a un segundo peón de obediencia debida y probada amistad y servicios, en sus constantes devaneos con la FAES y otros foros totalmente "independientes" del Partido Popular, como sabrán ustedes. Lo que significa que hoy tres magistrados se encuentran en período de prórroga de sus mandatos, en total cuatro vacantes si sumamos la del ultraconservador García-Calvo, fallecido en accidente. Cuatro vacantes que, según los planes tramados por el perverso polimorfo de Trillo, tendrían que ser hoy renovados apelando a una nueva mayoría en la que los populares tratarían de desequilibrar la composición del Constitucional en su favor. Y su favor significa hoy en contra de la igualdad civil de lesbianas y gays.

Porque a pesar de lo que algunos prefieren creer (supongo que para justificar la papeleta que han metido en la urna) sí es posible que un Constitucional escorado hacia la ultraderecha religiosa acepte el recurso popular (que no trata del nombre sino de cuestiones sustanciales) y aunque más difícil, también sería posible que dejara sin efecto los matrimonios celebrados desde el 2005. Toda una espada de Damocles, una amenaza sobre tantas y tantas familias que podrían verse relegadas al limbo legal sólo para que el Forro de la Fajilla, HazteOrín y otros se frotaran las manos triunfantes. Y que convertiría a España de paladín en hazmerreír de una igualdad y unos derechos que pese a quien pese son imparables.

En vísperas del aniversario de la aprobación de la Constitución Española de 1978, activistas de la FELGTB y de COGAM se han concentrado delante del Tribunal Constitucional y han entregado varios miles de firmas pidiendo, exigiendo, que de una vez emitan su sentencia y saquen nuestros derechos de la agenda de los crispadores y de los finos estrategas de las manitas sucias. Nuestros amigos, nuestros hijos, nuestras familias no están ya dispuestas a consentir más espera. Y va siendo tiempo de saber si podemos volver con tranquilidad alerta a nuestras casas (fíese de Rajoy y no corra, oiga, incluso con sentencia favorable) o si tenemos que volver a la calle y a la batalla.

Porque no sé a otras compañeras, a otros compañeros, con los que compartí batallas , ilusiones y emoción entonces. Pero a mí el Tribunal Constitucional de los simpáticos inoperantes y los simpáticos recurrentes populares me tienen ... pues sí, eso, hasta los cojones.

lunes, noviembre 28, 2011

LA TRISTEZA DE LA ROSA


Mientras Rajoy dormita y los mercados nos explican desde su propia pestilencia por qué los vampiros se han puesto tan de moda, una sensación de desconcierto, de tristeza, de cierta depresión colectiva, se instala en un PSOE que precisa de una fuerte sacudida, de una descarga de ilusión, de proyecto, de mensaje, que le permita volver a activar a su militancia y a recuperar una frescura que el poder, como suele, le fue marchitando.

Andan más calientes, me temo, que afinadas las redes y las federaciones, y se vive un fuerte desarraigo de las bases con relación a cuadros y baronías en la espera de una señal, de un nombre, de un horizonte, que permita articular de nuevo el esfuerzo común para remar en una dirección determinada y única. Una señal que no va a resultar fruto de una epifanía misteriosa, desde luego, y que tampoco podrá surgir nunca de las tradicionales y enquistadas guerras de familias y sensibilidades que tanto tiempo llevan sangrando a la organización y que tan poco hábiles para recuperar el tono se han demostrado en lugares como Valencia, Murcia o Madrid, donde hubo en su tiempo tanta fuerza y donde hoy se padece una patética incapacidad frente a un PP que con el "modo panzer on" sigue por sus fueros haga lo que haga, diga lo que diga, pase lo que pase. O, no nos hagamos trampas en el solitario, una Cantabria que sin duda juega en campo mucho más difícil, y en la que cuando se tuvieron los triunfos en la mano y se pudo optar por un partido fuerte y cohesionado, no se quiso o no se supo.

Llegan lecciones y lecciones, muchas desde quienes nunca han optado por el PSOE pero parecen haber hecho un máster a su izquierda o su derecha, y que perpetúan algunos lugares comunes que son desmentidos por la tozuda realidad de los hechos. Como la idea de que los votos perdidos lo fueron por sus políticas económicas de cierto tufo liberal y sangraron por la izquierda, frente a los estudios de Demoscopia y otros que nos muestran cómo fue ese centro moderado, ese que se intentaba sostener, el que ha apuntalado con más de un millón y medio de votos trasvasados la victoria del PP. Por el otro lado, una flojera más que evidente en los liderazgos, una mediocridad común a toda Europa y a todo el espectro político en la talla política de quienes deberían ser grandes para afrontar grandes retos, una dubitativa yenka que no daba pie a la confianza, un estallido de indignación social que no se ha podido o sabido entender, si bien, y vistos los movimientos quincemayeros del verano hacia acá en los que se van enrocando en su propia autorreferencia pírrica, tampoco parece que pueda haber un diálogo ni posible ni siquiera deseable. Y que por otro lado consiguió uno de sus grandes objetivos, acabar con el bipartidismo: hoy estamos ante una España monocolor y en la que nadie podrá hacer contrapeso ni fuerte ni débil ni mediopensionista. Pero como todos somos iguales, pues da igual ¿no?

En el horizonte cercano, un primer desafío grande que empujará en dominó a muchos pequeños grandes desafíos: el Congreso Federal y los Congresos Regionales y locales que deberán sucederle en el tiempo. Un horizonte en el que sin duda habrá que plantear algunas cuestiones de las que dependerá que la rosa pueda recibir agua fresca y despertar otra vez lozana en un tiempo razonable o se vaya deshojando poco a poco a lo largo de un tiempo que para nuestro país será demasiado lento y que probablemente traiga más de malo que de bueno (si es que alguna vez son capaces de salir de su silencio y de su parálisis).

1. Hay que aprovechar lo mejor que tiene el Partido hoy, su militancia. Hace falta formación, ilusión, rearme estratégico e ideológico no para un pequeño grupo selecto que vaya a formar parte de los comandos, sino para la tropa entera. Porque necesitamos activar agentes electorales, personas que vivan su proyecto con alegría y compromiso en sus ámbitos profesionales, personales y territoriales, agentes que lleven a su barrio las nuevas y los proyectos y que traigan de su barrio las preocupaciones y la realidad.

2. Hay que conjugar con sabiduría, generosidad, y mirada de futuro retiradas y permanencias, experiencia y novación, a fin de levantar una estructura abierta, flexible y participativa, pero al tiempo fuerte, con un discurso claro, con voces estratégicas y un banquillo nutrido y sólido.

3. Debemos reivindicar lo mejor de la palabra "política" y luchar contra esa desafección social tan justificada tal vez pero fuente también de actitudes totalitarias o iluminadas, de absolutismos y de ira. Frente al tecnócrata, que tiene y debe tener sus espacios de decisión, la figura del político que toma en consideración los diversos puntos de vista, que escucha primero, decide después y explica e ilumina con respeto a la ciudadanía, sin ocultar ni menospreciar. Desde la cercanía y el liderazgo.

4. Hay que profundizar y reivindicar en lo que ha sido la mejor historia del PSOE y de sus decisiones, la lucha encendida por los derechos civiles, las libertades públicas, la igualdad, la justicia social. Y hay que implicarse en el encuentro con un modelo que desde la Socialdemocracia clásica invente, recuerde o articule soluciones de desarrollo y crecimiento particulares y globales que se puedan oponer de manera eficaz a los mercados piratas, las manos invisibles y las artimañas neoliberales, causa por sí mismos de la peor crisis y que sin embargo parecen a punto de ganar la partida sobre nuestras espaldas y contra la mayoría.

5. Hay que establecer un programa, un proyecto, un horizonte, claro, de izquierda democrática, plural e integradora en el sentido europeo, liberal en el sentido anglosajón, celosa pues de las libertades públicas, de la promoción de las personas, de la igualdad de oportunidades, de corrección de injusticias. Y hay que comenzar a caminar con pasos firmes, no importa que lentos, hacia ese proyecto, hay que sumar, no importa si despacio y con mucho trabajo, para ese proyecto. Y hay que hacerlo sabiendo que todos los que queremos empujar lo hacemos con transparencia, apartando a quienes sólo se subieron por el medro particular, remando en la dirección marcada y asumiendo que tal vez al timón estén rostros que no eran los que más nos gustaban, pero que son de los nuestros y por eso tienen que ser también los nuestros.

Alguien dijo que en momentos difíciles, partido partido y partido. Puede ser, pero también partido, ideas, solidaridad y entusiasmo. También escucha, cambio y apertura. Porque el sendero será arduo, pero la aventura merece la pena y por eso no vamos a pararnos, así que compañeras, compañeros ... ¡adelante!


martes, noviembre 22, 2011

PARA SONIA Y PARA BERTO, DESDE EL CIELO DE LOS SETTER


Yo sé que os gusta mucho "La historia interminable" y que por eso me pusisteis el nombre del más entrañable de sus héroes. Por eso sé que sabéis que cuando alguien sueña en algo, con mucha fuerza, se llena de colores nunca inventados y de formas siempre nuevas el País de la Fantasía. Habéis soñado con tanta fe y tantas veces en el Cielo de los Setter, que algún día se hizo realidad. Así que cuando tuve que despedirme de Setterland, volé sin descanso hasta este maravilloso cielo.

A la puerta ponía "Prohibida la entrada a los cazadores". Y también "Deja a la puerta toda tu tristeza". Porque allí no sólo vamos los que tuvimos la oportunidad de ser por algún tiempo felices, también, qué maravilla, los que pensaban que la vida era como la que yo tuve antes de encontraros; una jaula pequeña, gritos, comida escasa, malos tratos, jornadas agotadoras de caza unos pocos días, tremenda soledad el resto del año.

Me recibió un hombre con expresión simpaticorra, miró su lista y dijo "Bienvenido, Atreyu" y con un gesto amable me invitó a pasar. El Cielo de los Setter es extraño. Una pradera gigante rodeada de playas, bosques, roquedales con fuentes y cascadas, ríos, piscinas. Es tan grande que se pierde en la inmensidad. Cada vez que tienes hambre, aparecen a tu lado unas chocolatinas y un filetito de pollo, o lo que más te guste. Cuando tienes sed, se abre el suelo y aparecen manantiales de agua limpia. Y siempre tienes, ¿no lo adivináis? ¡JUGUETES!

A lo largo de estos lugares maravillosos corren felices miles, millones de setters, todos los setter que vivieron alguna vez en la tierra de los hombres. Los que sufrieron tantísimo por culpa de los cazadores y de otros humanos asquerosos, también los que tuvieron familias que los adoraron. Y no lo adivinaréis nunca, pero a todos esos millones de perros felices los cuidan un genio de los bosques que es idéntico idéntico a Berto, y una hada maravillosa que es como Sonia pero con cucurucho. Y por eso los perros saben que pueden vivir seguros hasta que el tiempo de la eternidad se termine.

Cuando vivía encerrado en una jaula giraba y giraba como un loco. ¿Os acordáis de Billy Elliot? Decía en la película que cuando bailaba era "como si desapareciera". Eso me pasaba a mí, cuando giraba era como si desapareciera. Como si la pesadilla se desvaneciera y mi mente viajara a lugares extraños donde los setters éramos felices y libres. Cuando por fin se deshicieron de mí los malditos cazadores y tuve la fortuna de tropezarme con vosotros, y me llevasteis a Setterland y me dijisteis aquello tan bonito de "Sigue el camino de baldosas amarillas" y me prometisteis encontrarme una familia yo me prometí a mí otra cosa diferente: No marcharme de allí nunca, nunca, hasta que tuviera que morirme.

Y dejé de girar porque ya no quería desaparecer. y nunca eché de menos los juguetes, porque descubrí a vuestro lado los bosques y las playas, y pude correr junto a los cachorros de Edel y saltar y saltar riendo con todo el resto de la manada. Y pude tener toda esta vida:


Así que no estéis tristes por no haberme encontrado familia: Mi familia siempre fuisteis vosotros. No estéis tristes porque no tuviera nunca un juguete: Mi juguete fue vuestro amor y vuestro cuidado. No estéis tristes porque me haya marchado de Setterland: Porque estoy en el Cielo de los Setter y aquí me encontré con Pelayo, y con Nikolai, y los tres vamos a cuidaros a toda la manada desde aquí arriba. Hasta que llegue ese momento de encontrarnos de nuevo y millones y millones de perros tengan la oportunidad de gritar a la vez lo que están deseando, eso que yo os digo ahora con todo el amor que me resulta posible:

¡¡¡¡¡¡¡GRACIAS!!!!!!

Vuestro ATREYU, desde el Cielo de los Setter.

miércoles, noviembre 16, 2011

YO NO SOY COMO SHANGAY LILY


Definitivamente no, no soy como Shangay Lily. No soy deslenguado y provocadora, no soy divertida y afilado, no soy actor ni diva. No tengo esa furia que exhalan sus escritos de carácter político y social, ni esa capacidad para los guiños mordaces y cómplices con los que se sube al escenario. No soy capaz de un compromiso abierto las 24 horas. No soy extravagante ni plumífera. No tengo su ternura para los que quiere ni su coraje ante quienes cuestionan su libertad, es también la libertad de muchas y de muchos.

Me encontré con Shangay Lily en las redes sociales, después de haber sido espectador ocasional de algunas de sus apariciones televisivas, de haber leído algunos textos en revistas dirigidas al público lgtb y de haber aprovechado alguna escapada a Madrid para acercarme a los que fueran míticos Shangay Tea Dance. Y comentario a comentario, fui sintiéndome a un tiempo cerca y lejos del peculiar personaje que ha construido, puede que para poder sacar a la calle un corazón que he descubierto en algunos momentos frágil y de fácil daño, ese al que protege con vestimentas y ademanes estrambóticos. Cerca y lejos, porque yo no soy como Shangay. Y por eso me encantan algunas de sus facetas tanto como me horrorizan otras. Y me rinde a veces su ingenio y envidio su pluma más afilada, dañina y transgresora, pero me cuestiono otras sus modos y su exceso. Me conquista con sus argumentos rebeldes y me aleja cuando a veces los equivoca estrepitosamente. Y, no puedo evitar decirlo, no me gusta cuando se mete a literata. Pero sí sé que comparto con él una pasión feroz por la libertad de todos y de todas, una apuesta por una sociedad abierta en la que cada uno podamos ser como nos salga de la punta de la pluma, amar a quien queramos y follar con quien podamos. Comparto su capacidad para ponerse de pie y defender su dignidad contra tirios y troyanas, su convicción de que en cuestión de derechos no son admisibles nunca los pasos atrás. Su férreo gesto de bastión para la defensa de las personas lgtb, un bastión que no vuelva a permitir el paso de los armarios ni de las injurias institucionalizadas.

Se ha convertido Shangay desde hace unos meses, tal vez lo fuera antes ya, en objetivo favorito para los disparos de casi todos. Integristas religiosos y mediáticos, trolls en red y militantes de la caspa, y hasta homosexuales que se indignan por la firmeza de sus valores y acusan a la actriz-divo de ser la causa última del odio social contra los homosexuales porque, al parecer, nos da mala imagen y se piensan que todos somos como ella. Hasta el punto de haber recibido ocasionales amenazas de muerte y sartas constantes de improperios.

Como he dicho, y por si todavía no lo habéis pillado, yo no soy como Shangay. Shangay, su personaje público porque al privado no tengo el honor de habérmelo tropezado, me maravilla y me horroriza a un tiempo. Pero tengo claro que los ataques que recibe son ataques que no me maravillan nada y me horrorizan mucho. En primer lugar, porque siguen la maldita estela de la proscripción de la pluma a la que se han lanzado muchos homosexuales "respetables" y todavía más muchos homosexuales ocultos. Porque sus miedos, su incapacidad para transgredir regla alguna, su imposibilidad para superar ciertas dosis mayores o menores de odio a sí mismos los escupen contra quienes son visibles, más visibles, evidentes, más evidentes. A los que suelen calificar como "mariconas" y "mamarrachas". Y yo a eso no juego. Porque la libertad, la dignidad y los derechos son para todos o no son para nadie. Y porque tengo la suficiente memoria y gratitud como para recordar que fueron las mariconas y las mamarrachas las que nos abrieron las puertas que nos permitieron un día salir a la calle con la cabeza alta. También a las mari-respetables y hasta a las mari-armarias.

Y en segundo lugar, porque Shangay tiene todo el derecho del mundo a elegir quién quiere ser y cómo quiere ser, tiene todo el derecho del mundo a defender sus ideas y sus valores, tiene todo el derecho del mundo a pelear contra los enemigos y a discutir con los adversarios.

No soy como Shangay. No soy irritante ni excesiva, no soy sutil unas mañanas y desvergonzada otras. No juego a transgredir las convenciones binarias del género ni soy capaz de su desparpajo. Pero de alguna manera soy amigo de Shangay, soy amigo de cuanto representa. Y soy capaz de afilarme las uñas a lo Fu Man Chú, de pintármelas de violeta feminista y de arañar a quienes desde su pequeñez y su convencionalidad, desde su incapacidad para el diálogo o el argumento, desde sus prejuicios y sus universos grises, violentan, atacan, insultan y amenazan cada día a esta impagable diva simplemente por ser quien quiere ser y vivir según su elección y sus normas. Porque la libertad de Shangay es también la mía. Y porque la grisura de los "respetables" sería también para mí una vida sin colores.

Y como escribió poco antes de morir en su Facebook Leo, mi Leo, "Colores. La vida son colores". Y plumas añado yo. Así que mi querido señora, Stand By Me.

jueves, noviembre 10, 2011

SE LLAMA MATRIMONIO.


Si el nombre es ya la esencia de la cosa, / como dijo el griego en el Cratilo, / en el nombre de rosa está la rosa / y todo un río en la palabra Nilo (Jorge Luis Borges)

Por pura e innata bondad, prefiero pensar que simplemente quienes otra vez y otra vez y otra vez se revuelven con la cansina cantinela de "pero que no lo llamen matrimonio" están tan pasados de moda en lo que a teorías del lenguaje se refiere como en el resto de sus vidas, modas y comportamientos, a pensar que son necios, malos o ignorantes. Así que los imaginaré más como platónicos que como parabolanos, y me imaginaré que cada vez que pronuncian la palabra río sienten un caudal de agua remojándoles los espaldares.

Tengo una sensación de cansancio, de hartazgo, cuando la precampaña y la campaña, la incapacidad de Mariano Rajoy-Tancredo para hablar con claridad o tomar decisiones, han vuelto a poner en primera línea un debate que debería estar más que agotado, a pesar de la demostrada pasividad e inutilidad de un Tribunal Constitucional que ya tarda más de seis años para tomar una decisión donde otros resolvieron en un par de meses (y por cierto, siempre a favor de las respectivas constitucionalidades del matrimonio igualitario, de la apertura de la institución matrimonial en idénticas condiciones a las parejas del mismo sexo). Un hartazgo que se tiñe de indignación cuando otra vez Sánchez Camacho y probeta, Durán y Lérida, Vidal Quadras y su vocecilla de vicetiple, y la larga patulea de opinantes y desinformantes asociados al fanatismo más sectario e interesado vuelven a bramar "reconocimiento sí, pero que no llamen matrimonio". Mientras por las redes y medios vuelven a aparecer los doctores en Filología que pretenden dar valor de ley a la etimología de las palabras y potestad legislativa a la Real Academia de la Lengua, entre falta de ortografía y falta de ortografía, por cierto.

No hay problema alguno con el nombre para quien no tiene otros problemas bien diferentes en su cabeza y en su mochilita de los prejuicios surtidos. En primer lugar porque cuando sacralizan la palabra matrimonio lo hacen aludiendo a una institución religiosa que nada tiene que ver con las leyes civiles de nuestro país. Y es que, y para que se enteren de una vez y si les da la gana, en España sólo hay un modelo de matrimonio, el civil, a pesar de que por razones históricas se reconozcan efectos civiles a los ritos matrimoniales católicos (y otros). Y las exigencias del matrimonio civil para la plena validez del contrato nada tienen que ver ni con madres ni con fertilidades ni con obligaciones parturientas intrínsecas. Torpe, pues, la alusión a la madre. Y más cuando la sacralizada palabra matrimonium ni siquiera tiene una interpretación etimológica unívoca; todavía más, no era la utilizada en el Derecho Romano, donde se hablaba de comunidad de responsabilidades o de edad núbil pero nunca de madres ni de disociaciones de género. Coniugium o Connubium. Torpe y más, cuando se quiere apoyar en el fantasioso e impreciso Derecho Natural una supuesta referencia a la madre que haría universal la necesidad de que ésta existiera dentro de la unión matrimonial. Cuando la realidad es que las palabras que traduciríamos de otras lenguas a las nuestras como matrimonio no hacen alusión alguna a la tan traída, llevada e indispensable fémina. Y de nuevo hacen alusión a ideas como convivencia, edad, felicidad, hogar, ...

Torpe e interesada la alusión a las esencias lingüísticas de quienes ignoran una institucion tan importante e interesante en la vida de las palabras como es la del cambio semántico, que nos muestra a lo largo del tiempo cómo las palabras se han ido cargando de nuevos significados, han perdido otros, y hasta han modificado el principal sin que Júpiter o Jehová envíen tormenta o diluvio contra la pérfida humanidad que se atreve de tanto en tanto a hacer trabajar a los lexicógrafos.

Torpe y estúpida la conversión de la Real Academia de la Lengua y de su diccionario en fuente de Derecho. En contra de lo que el propio Código Civil establece de manera taxativa, en contra de la potestad legislativa que también de forma tasada establece la Constitución y que se olvidó de los académicos de la lengua. En contra de lo que es la propia esencia y función de la RAE, en contra de lo que ya han modificado otros diccionarios de referencia en sus últimas ediciones, como ya ha ocurrido en el María Moliner, o en los diccionarios de las academias catalana y gallega para sus respectivos idiomas.

No, don Mariano, no señoras y señores, no monseñores. No se trata de un problema nominal, cuando ustedes se han opuesto con igual ferocidad al establecimiento de uniones civiles allí donde han tenido la oportunidad, cuando ustedes se han opuesto a la equiparación de esas uniones o sobre todo a que se pueda legislar la adopción compartida para una pareja del mismo sexo (elevando al absurdo un sistema legal en el que una persona soltera puede adoptar desde 1987). No. Se trata de sus prejuicios interesados e injustos, se trata de quieren vivir en una nube privilegiada en la que cabría admitir con gesto de asco ciertas formalidades para que las pobres bolleras y los desvalidos maricones puedan jugar a las casitas sin molestar a la gente decente. A esa gente decente que ustedes identifican sólo con ustedes mismos y que debería tener instituciones de primera división en las que no se abriera la puerta a quienes no sienten como ustedes y que deberían estar felices en su ghetto jurídico de hecho.

Ya sé que no van a parar nunca de injuriar y de cuestionar, de enredar y de enturbiar. Pero con voz alta y clara: Porque así lo dice la ley española, porque esa ley es plenamente acorde con la Constitución y con el sistema vigente, porque cada vez más países apuestan por el matrimonio igualitario para las parejas del mismo sexo, incluso después de haberse aventurado por las aguas de las uniones, porque los diccionarios y los hablantes hemos ido modificando los usos lingüísticos, porque así lo piensa la mayor parte de la población española. Se llama matrimonio. Coño.


miércoles, noviembre 09, 2011

EN CAMPAÑA



En un tiempo difícil, en una atmósfera enrarecida que algunos se han ido encargando de crispar a lo largo de los dos legislaturas presididas por José Luis Rodríguez Zapatero, la ciudadanía española ha sido convocada, con unos pocos meses de adelanto sobre el calendario previsto, a las urnas el próximo 20 de noviembre. Unas elecciones generales bajo la Espada de Damocles de una crisis y una recesión que golpea con dureza y diversos indicadores a la vieja Europa y que en España ha puesto de manifiesto algunas de las más endebles pilastras de un sistema económico dependiente y gris. Un mercado de empleo inestable y vertiginoso que crea o destruye empleo a lo loco, una economía sumergida que nos roba a todos cotizaciones e impuestos, una especulación financiera y una corrupción política que se han paseado de la mano, unas clases pudientes insolidarias, más insolidarias que en otros países. Y todo dentro de una Unión Europea que sigue sin saber muy bien por dónde pegan los puños y sobre todo cómo escabullirse sin gran daño de la pelea, asesorada por los fantasmales dioses de los mercados y sus sacerdotisas, las agencias de calificación de deuda, que animaron las políticas y decisiones que llevaron a la explosión de la burbuja y que hoy son incapaces de controlar el río de basura que generaron. O que en realidad no tienen interés alguno en frenarlo, porque del barrizal continúan extrayendo pingües y particulares beneficios.

En esta breve campaña que ha venido precedida de una pre-campaña de ocho años, desde que algunos decidieron que se les había robado un poder que por voluntad divina les correspondía con malas artes (llegaron a hablar de un golpe de estado, llegaron en su miseria a identificar a Rodríguez Zapatero con los terroristas de ETA), ya teníamos pocas esperanzas. El pescado parecía vendido desde las autonómicas y municipales, y los voceros de la peor España, esos presuntos periodistas del Tintorro Party, llevaban mucho tiempo afilando garras y colmillos para insultar y mentir con la impunidad habitual pero aún con mayor saña. Y desde su intolerante y zafia irresponsabilidad (o de su búsqueda del medro y el interés) han atizado hasta que una buena parte de la población hispana ande por la calle cabreada, dispuesta a saltar a la yugular, huérfana de argumentos o razones pero pletórica de prejuicios, mentiras, datos manipulados y deseos de machacar a quien no suscriba sus exabruptos, ahora ya sí emitidos en voz alta y con mirada desafiante en cafeterías y transportes públicos, mirando con arrogancia alrededor para complacerse al ver que algunos asienten y otros simplemente evitan la jugada y miran el fondo de la taza como si en los posos del café se encontraran las páginas más jugosas de la historia de la literatura universal.

Junto a ellos, políticos de toda chaqueta que prefieren la descalificación, el choque barriobajero, a la exposición de sus proyectos y de sus soluciones. Unos proyectos tan en segundo plano que podríamos votar en unos días con mayoría absoluta por un candidato del que sólo sabemos que oculta mucho y dice nada. Unos políticos convertidos en esos macarras de la moral que cantaba Serrat y de los que poco se puede esperar, por mucho que apelen a un consenso y una unidad nacional que han reventado de forma sistemática cuando desde la oposición les tocaba a ellos empujar y colaborar.

Imagino que pocos lectores del blog tengan duda alguna acerca de la filiación política de quien lo firma. Siempre desde una cierta distancia, siempre desde una actitud crítica que a veces se apunta y otras se calla en nombre de la lealtad y desde el deseo de no dar cuartos al pregonero en un momento en el que desde luego no pintan demasiado bien las cosas para el PSOE, ni para el de España ni para el de Cantabria. Un momento por eso mismo para arrimar el hombro y para tratar de que el mejor candidato de los que se presentan y el proyecto más serio de gobierno de los que comparecen ante los ciudadanos puedan iniciar su rumbo. Aunque pinten bastos, aunque sea consciente de muchos errores que para mí no terminan de empañar muchos y definitivos aciertos. Aunque considere que el PSOE necesita reinventarse y recuperar el discurso ideológico y la cercanía a la calle que durante mucho tiempo fueron sus mejores armas y que han sido en cierto modo apartados por la burocracia y los currículos internos.

No me gusta, definitivamente no me gusta, el tono agresivo, soez, injurioso con el que inundan medios, mítines y redes quienes se quieren ya ganadores absolutos. Me indigna su ensañamiento contra cualquier exposición de ideas, mensajes o pensamientos que no sigan su cuadriculado cuaderno de consignas. Me preocupa que esos escupefactos anónimos que están inficionando desde su cobardía los que deberían ser espacios para el debate, la reflexión, la discusión y el intercambio, que esos mismos puedan vivir en mi barrio o desayunar en mi cafetería acostumbrada.

Pero a pesar de todo, sigo intentando emitir un discurso positivo. Porque cuando me afilié, en otro tiempo complicado, al Partido Socialista lo hice desde el convencimiento de que en su ideario me encontraba cómodo y desde sus filas se defendían valores y horizontes que me importan, desde el corazón y la razón a un tiempo. Y porque no me ha decepcionado, no demasiado. Porque considero que Rubalcaba, Alfredo Pérez Rubalcaba, @conRubalcaba es de las opciones posibles la que mejor puede manejar el timón de un barco agitándose en una furiosa tormenta, y porque considero que es serio en su lema de "Escuchar, hacer, explicar". Hay cambios importantes, necesarios, algunos imprescindibles; muchos de ellos están en el proyecto que encabeza Rubalcaba. Pero sobre todo, valoro la serenidad y la capacidad, la disponibilidad y la autocrítica. Pelea por lo que quieres, me han pedido. Y en medio de una cierta crisis personal que sigue sin darme toda la energía que debería, lo estoy haciendo, en las redes y en la calle. Porque es mucho lo que yo, mis amigos, mi gente, Cantabria, España se juegan el día 20. Y ojalá suceda que esa noche Alfredo Pérez Rubalcaba pueda comparecer ante las cámaras para dar las gracias a españolas y españoles por su apoyo, un apoyo que le permitiría iniciar conversaciones para formar gobierno.

Desde esta habitación desordenada, en campaña para que suceda.

martes, noviembre 01, 2011

LA MUERTE Y LA MEMORIA


Dicen que no morimos mientras alguien nos recuerda. Dicen que gira nuestra existencia en torno a Tánathos, La Muerte. Dicen que nuestras uñas o nuestro cabello dan testimonio constante de cómo el paso del tiempo nos aniquila sin pausa pero sin prisa. Que amar es también escribir el preludio de la ausencia.

Cada cultura, cada edad, cada persona se han visto obligadas a inventar ritos y mitos para que la certeza del fin no pudiera aniquilar su alegría ni detener su reloj. Obligadas a dar un espacio a sus muertos desde el que compartir la memoria, a esos cuerpos archivados en las cavernas paleolíticvas, con la cabeza y las extremidades seccionadas para que el alma del pariente no se escabullera en forma de fantasma, y que compartían hogar y familia. A las figuras votivas que se reunían en los altares dedicados a los pequeños espíritus familiares. A los restos inhumados en toscos cementerios o abandonados en panteones de vanidad y mármol. A las cenizas que han volado hacia el viento o se han confundido con el agua. A las aves soberbias que volaron tras devorar las entrañas de los caídos y transportaron sus almas a los cielos.

Es posible que siempre escribamos sobre la pérdida, que siempre hablemos de la pérdida, que nos conmuevan los relatos acerca de quienes se marcharon y nos desconcierten las preguntas acerca de lo que pueda suceder más allá de las puertas custodiadas por Cerbero. Que incluso en el humor sigamos rindiendo un peculiar homenaje.

Recuerdo fragmentos de poemas, de películas, de novelas en los que se hace presente la avaricia de los muertos, su necesidad de atraernos con sus cantos de lúgubre sirena, para que no los abandonemos, para que nunca dejemos de pronunciar su nombre o de sostener su mano. Para que seamos el ancla que los clava contra el suelo de aquellos a los que quisieron. Recuerdo a Antígona arrojando un puñado de tierra para salvar la eternidad del hermano, dando forma escueta al rito necesario. Recuerdo al viejo judío que retrató Muñoz Molina en Sefarad, desolado en el claro de bosque donde una vez hubo un pequeño campo de concentración, ese en el que su esposa y sus hijas descubrieron el terrible rostro de la muerte, ese del que ya nadie recuerda siquiera el nombre. Ese hombre derrumbado porque piensa que cuando él muera, nada quedará de las que tanto amó, ni siquiera su muerte. Recuerdo el ácido e impenitente humor cabaretero de Harvey Fienstein explicando en Trilogía de Nueva York a su guapísimo novio que los judíos ocultan los espejos "para no ver el dolor de nuestro rostro reflejado" y se sientan, de nuevo el rito, en duros taburetes "para que haya dolor en nuestro rostro".

Recuerdo, claro, con la sonrisa de fiesta en sus amados rostros, a mis muertos. A los que reposan en la tierra, o en compañía de los suyos en el panteón con vistas al mar de la foto. A los que se hicieron ceniza. A esos que están cada día conmigo, porque soy también todo lo que me dieron, y a los que recuerdo también hoy, a pesar de que haya quien encuentre ridículas las memorias institucionales, y a quienes hoy, en compañía de mi madre y mis hermanas, acerqué unas flores. A esos nombres, Rosalina, Alberto, Chavita, Lander, Leo, que más allá de unas letras o unas fotos o un dolor clavado con saña, laten cada vez que mi corazón se empeña en sus rítmicos golpes. Que viven conmigo.

domingo, octubre 30, 2011

LA MÚSICA QUE SALVA


No parecía muy prometedor un artículo en el diario El País donde un redactor llama, en las páginas de cultura, "banda" a una orquesta sinfónica y califica de "sinfonías" a las bandas sonoras. Pero tampoco íbamos a dejar que la impericia, la desidia o simplemente la ignorancia fueran a amargarnos la fiesta.

Me emocionan las noticias que de tanto en tanto llegan sobre la capacidad redentora de la cultura. Los programas en los que la poesía sirve para rescatar a niños de la calle en Calcuta, los que reivindican la identidad de las comunidades a través de la puesta en valor de su trabajo artesanal, el desarrollo de las bibliotecas populares como motores de crecimiento personal y soporte social y hasta alimentario para los más desfavorecidos. Y por supuesto, la música, el lenguaje universal, esa abstracción de las emociones que rompe tantas barreras y tantas veces nos salva.

Han llegado a hacerse justamente populares las escuelas de música y la red de orquestas bolivarianas, que han permitido que la a veces denostada por aburrida o elitista "música clásica" se convierta para miles ya de chicos y chicas de los barrios y comunidades más desfavorecidos de Venezuela una opción profesional y hasta una escala hacia el prestigio internacional que hoy reconoce a personas como Gustavo Dudamel. El modelo existe también en Ecuador y Brasil. Y en estos días algunas ciudades españolas tendrán el privilegio de escuchar a la Orquesta Sinfónica Joven de Goiás. Y podrán comprobar in situ la alegría, la emoción y el futuro lleno de luz que espera en las manos, los pulmones, la vida de chicos y chicas nacidos para la exclusión y redimidos por la música que salva.

Qué gran ejemplo para este país sí todavía opulento, en el que tanto dinero se ha derrochado y estafado en nombre de una supuesta defensa de la cultura. En esta ciudad y esta región en las que los dinerales tirados en eventos absurdos y sin rumbo no han servido para generar el más mínimo eco social y nos mantienen como indigentes musicales. En la que a pesar de la falta de seriedad y de atención de las instituciones públicas, la seriedad de algunos docentes y el esfuerzo y talento de algunos estudiantes, el apostolado de algunos directores de coro, profesores, intérpretes, contra todo y contra todos, alientan algo de esperanza. Qué gran ejemplo para recordarnos que actividades consideradas menores como el deporte o la cultura son más eficaces que las intrigas y especulaciones del FMI o el BCE y sus manos oscuras para la integración y promoción social, para que nazca sin límites ni miedos ni fronteras ese futuro que sólo en la energía furiosa y optimista que se afirma en la belleza podrá, puede, ser cierto.

viernes, octubre 28, 2011

A VUELTAS CON LA EDUCACIÓN PÚBLICA


Desde las elecciones de mayo, la educación pública ha regresado (¿se fue alguna vez?) al primer plano del debate social e ideológico. En esta ocasión me temo que además revestido de toda una estrategia de agresión al modelo y al personal docente que de alguna manera apenas sirve para ocultar oscuros intereses.

Me encuentro en mi Timeline de Twitter una reflexión del (modo irónico on) siempre ponderado y objetivo Alfredo Urdaci (modo irónico off) en la que apunta lo siguiente: "La enseñanza no es pública/privada: es buena o mala. La mano estatal, sin calidad ni exigencia, genera una escuela irrelevante".

Aclaro antes de nada que no sigo a Urdaci por prescripción facultativa, bastante alterados tengo ya los nervios sin lecturas innecesarias. Y no tanto por sus contenidos como por sus modos. Pero como si tengo algunas relaciones entrañables y amicales en el Lado Oscuro, como ese clásico de las redes sociales cántabras que es Óscar San Emeterio, pues ya se encargan ellas de tanto en tanto de pegarme los sustos pertinentes, y más ahora que contamos con la cercanía de Halloween.

En principio, imagino que muchas personas dirían que nada que objetar a los reducidos caracteres de Urdaci. Aunque sin necesidad de contextualizar con otros tweets del mismo emisor que nos darían mucha mayor información, la aparente neutralidad oculta algunas falacias y matices interesados.

En primer lugar, claro que sí existen la enseñanza pública y la privada. Y además, la mediopensionista (vulgo concertada). Y no es casualidad que la enseñanza pública proceda de toda una serie de sensibilidades sociales, de apuestas y a veces hasta de revoluciones que a lo largo del tiempo han tratado de garantizar una igualdad mínima, una apuesta por el futuro abierto y las posibilidades humanas y laborales también de quienes no venían favorecidos desde la cuna y que, según ciertos falaces discursos liberales, cuentan con esas mantillas de encaje blanco como mérito propio. La educación es y ha sido la única opción, el único patrimonio, el único horizonte de la gran mayoría de la sociedad, de muchos niños y niñas que sólo gracias a la existencia de la apuesta pública han podido proponer su esfuerzo, su talento, su trabajo como fuerza para competir con quienes oponen, además o en exclusiva, relaciones y privilegios. Y una vez más, resulta curioso que el falaz Liberalismo no apuesta por una escuela competitiva en la que todos los estudiantes cuenten con idénticas, al menos parecidas,posibilidades.
Frente a esta escuela pública, existen los centros de quienes prefieren apostar por el mantenimiento de un statu quo familiar privilegiado, exclusivo y excluyente. Y no faltan ni en España ni fuera los ejemplos perfectos de cómo no es necesariamente el mérito el que abre la puerta de esos centros, y que incluso los sostenidos con fondos públicos han decidido evitar la presencia de inmigrantes en sus aulas, o la de repetidores, o la de alumnos con necesidades especiales,o la de estudiantes procedentes de entornos sociales que, en un curioso ejercicio de cinismo por parte de las direcciones, "se verían relegados o marginados por sus compañeros al no poder tomar parte en todas las actividades o vestir de una manera determinada". Frase estupenda de la directora de un concertado de cuyo nombre no quiero acordarme, religioso y teóricamente social y abierto, para justificar un estracto de la cuenta corriente de los padres primerizos que intentaban encontrar plaza para su niña de tres años.
Claro que sí existe la enseñanza pública, la que garantiza la igualdad, la que llega a los barrios en los que nunca intentan implantarse ciertos modelos y ciertos empresarios educativos, la que llega a los pueblos más apartados y llega con los mejores recursos materiales y humanos posibles.

Hay una segunda falacia, oculta tras la oposición educación buena y mala. De entrada porque tras esos dos términos curiosamente morales y sobre los que la charla coloquial seguramente estaría de acuerdo, hay una sutil manipulación que en estos días quiere hacer equivaler buena con privada. Y de nuevo sería pertinente recordar que la selección del profesorado es mucho más exigente y objetiva en la escuela pública, que los equipamientos son en no pocas ocasiones mejores. Y que frente a la idea gobernante en quienes la atacan de que es una educación "ideológica" la única ideología que vale en ella es la del pluralismo, porque las visiones del mundo de sus profesores es plural y por lo mismo plural su acercamiento al aula. Frente a centros en los que se defiende una identidad basada en el "ideario del centro" y a los que curiosamente las huestes neoliberales nunca acusan de ser ideológicos.

Doy un paso más. Existe un compromiso del estado para sostener una educación igualitaria, eficaz, de calidad. Y con mejor o peor tino, esa es la pública. ¿Debe el estado sostener la privada? Una pregunta abierta que cuestiona opciones como la del cheque escolar o la de las desgravaciones fiscales a quienes estudien en la privada o la concertada. Y es que yo cada vez tengo más claro que debe haber pluralidad en la oferta, que me parece correcto que existan centros privados sostenidos exclusivamente por las aportaciones de las familias, me parece correcto que existan centros concertados siempre que puesto que reciben asignaciones públicas sean igualitarios y acepten ciertas reglas del juego (como porcentaje de alumnos inmigrantes equivalente) que evidentemente puede exigir quien paga, sin que eso suponga menoscabo de sus "idearios". Pero sobre todo, considero que el estado cumple desde un apoyo exigente, firme y sin cuestiones ni recortes a la enseñanza pública. Que es la suya, es la que le compete, es la que abre cada día la puerta a los sueños de todos.

miércoles, octubre 26, 2011

HACE JUSTO UN AÑO



Hoy hace justo un año que te anunciaron que el segundo tumor había ganado, que el oncólogo desistía de seguir luchando y apostaba sólo ya por paliativos para esperar en paz la llegada de la muerte.


Desde el diagnóstico, avanzada la primavera, y la operación, que dejó algunos riesgos abiertos pero mucha, muchísima, esperanza, habíamos vivido alrededor del cáncer. El miedo primero, la alegría después cuando a pesar de la quimio y de sus efectos ibas recuperando peso, alegría, te ibas sintiendo tan bien que ya te soñabas en Rivera y Montevideo durante las Navidades, rodeado de quienes te querían. De quienes te querían en el lado de allá. Vinieron luego la decepción y la alarma, el anuncio terrible de que el cáncer se había reproducido con renacida y especial violencia, que habría que programar un nuevo tratamiento mucho más agresivo. Escribiste en tu Facebook entonces "Colores, la vida son colores. Eso pongo en mis días". Y luego los golpes del nuevo cóctel de quimio que prácticamente te arrasó, con efectos tan duros que hubo que retirarla temporalmente, ingresarte, mandarte a descansar de nuevo a casa... Las señales eran ya tantas. Te miraba preocupado, de reojo, mientras veíamos alguna tontería en la televisión y me decías "No me mires así, porque me estás asustando. Yo voy a vivir, tengo muchas ganas de vivir, estoy ahora tan bien que no voy a dejar de luchar y además te quiero mucho". Pero poco a poco tu cuerpo, bellísimo, menudo, iba desapareciendo, quedándose en una pura voluntad de seguir, a pesar de llevar tiempo ya desfallecido.


Tantas ganas de luchar, tantas ganas de vivir, que te quedaste estupefacto con la noticia de que no había ya más futuro. "Pero doctor, entonces ¿me está diciendo que me voy a morir?", como si no lo entendieras, como si el diagnóstico no fuera posible. Y le pediste un medicamento fuerte, casi experimental, del que te había hablado un día. Porque si sólo quedaba una esperanza abierta entre diez millones de posibilidades, ibas a apostar por ella.


Volverán esta tarde las horas oscuras, las llamadas de teléfono para que Milagros y Maika se acercaran para estar contigo, para que Vito, Ángel, Isabel, tuvieran tiempo de acompañarte mientras yo me escabullía al pasillo para empezar a llorar, llamaba a Uruguay y trataba de consolar a tu madre y a tu hermana, avisaba a Marcelo, me acercaba a casa para recoger lo imprescindible en una pequeña mochila para aguardar en Valdecilla unos días que al fin resultaron ser sólamente unas pocas horas.


Volveré a quedarme impregnado de tu tristeza, a asombrarme de tu serenidad. Volveré a preguntarme por qué, por qué tenías que marcharte con 32 años ("Si esto me pasa porque le hice mal a alguien, le pido perdón" llegaste a susurrar). Volverás a dormirte mientras te digo una y otra vez "te quiero, pequeñín", gracias a un calmante, mientras te aprieto la mano como si así pudiera insuflarte un poquito de calor, una pizca de vida, un aliento de tiempo. Volverás a despertarte alarmado a las cinco de la mañana, volverás a pedirme que te ayude a incorporarte un poco, y volverás a morirte entre mis brazos en una madrugada fría que no se acaba nunca.


Volverán la tristeza, la intemperie, el desamparo. Volverán esas lágrimas que no han querido marcharse desde entonces. Volveré a sentir como el corazón se me hace puro dolor. Y volverá el esfuerzo titánico para caminar, para no dejarme caer, para intentar levantar futuros y proyectos que serán ya sólo para uno.


Como volverá la necesidad de sostenerme en pie porque dicen que uno no termina de morirse mientras alguien lo recuerda. Y sé que desde este dolor que no se apaga, desde esta nostalgia infinita, desde esta vida vacía, vas a seguir viviendo. Porque no sé, no quiero, no puedo, no voy a olvidarte.

lunes, octubre 24, 2011

MUY, PERO QUE MUY IDIOTA


Que algunos líderes del Partido Popular hagan de la descalificación, la demagogia tramposa y airada o la trola la esencia de su actividad política no es nuevo. Y que entre ellos algunos como Cospedal, González Pons, Mayor Oreja o Trillo brillan con oscura luz propia tampoco. Basta ver las simpatías que despiertan entre los más cavernarios medios del Tintorro Party para darse cuenta de que que su función es la de mantener al lado ultra del alma popular firme y en alerta, y que poco o nada les importan las consecuencias de sus voces y sus actos, nada la crispación generada, porque su único objetivo es la recuperación de un poder que en España, como en Cantabria, consideran les fue otorgado por el dedo divino (previa instancia, supongo, de la Conferencia Episcopal) y arrebatado con malvadas artes por el perverso PSOE.

La anteúltima de González Pons ha sido una declaración respetuosa y democrática hacia los votantes del adversario principal. Esa declaración en la que afirma que hay que ser muy idiota para querer que el PSOE continúe gobernando. Luego lo arregla en twitter diciendo que le atacan los malvados con mentiras porque él nunca ha insultado al PSOE y los medios le corean diciendo alborozados que San Pons ha pedido disculpas.

No deja de tener cierta razón el pavo valenciano, porque no ha sido al PSOE sino a todos sus militantes, simpatizantes y votantes a quienes ha dirigido el insulto. Pero en el fondo somos muchos los que nos consideramos aliviados al saber que semejante personaje tiene tan mala opinión de nosotros. Que en la tradición ilustrada española se encuentra la preocupada fábula del oso bailarín al que horroriza el aplauso del iletrado cerdo ("Mas ya que el cerdo me alaba, muy mal debo de bailar"). Así que procedo a proclamarme con voz alta y clara idiota absoluto. Algo que por lo demás ya saben los lectores de este modesto blog.

Soy idiota, sí. Y lo soy porque sé cuáles son los valores que defiendo, sé cuál es el modelo de sociedad en el que me gustaría vivir, sé cuales son las actitudes y las razones que me mueven y me convencen. Idiota porque sé discernir de entre las diversas opciones políticas que se me presentan cuál es la que mayor porcentaje de encuentro tiene con esos valores y razones. Idiota porque hago uso de mis derechos ciudadanos, de esos poderes que la democracia (real, sí) me otorga como la libertad ideológica, la libertad de expresión, el derecho al sufragio, la libertad de asociación, y en virtud de los mismos elijo de manera madura y consciente que me gusta el proyecto del PSOE para la próxima legislatura (con luces y sombras, claro, faltaría más), que me parece que Alfredo Pérez Rubalcaba sería un buen Presidente del Gobierno y que, como por cierto a una buena parte de los españoles, me parece más fiable, más trabajador, más responsable, más sólido que Mariano Rajoy. Soy idiota porque hasta el momento nadie me ha podido convencer de que hubiera alternativas serias y realistas a las medidas dolorosas (y puede que algunas equivocadas) que el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha tenido que tomar para que España pudiera bandear de la mejor manera posible la crisis mundial provocada por la avaricia y la tiranía de unos supuestos mercados tras los que se enmascaran nombres y apellidos, intereses mucho menos vagos. Idiota porque creo que se está y se ha estado atento a los movimientos sociales (después, por cierto, de un equivocado pero más aparente que real alejamiento de la calle) y que esa escucha activa será capaz de modificar las desviaciones, de alumbrar los rastros de sombra y de enderezar el rumbo allí donde sin duda se ha torcido la ruta prevista.

Soy idiota, en fin, muy idiota, porque sé que no me gustan quienes no me ofrecen alternativas o soluciones coherentes, quienes perdidos en un batiburrillo de liberalismo, conservadurismo, democraciacristiana y demás corrientes tan contradictorias entre sí en tantos campos no aciertan sino a proponer lo mismo y lo contrario unas pocas veces, las más a ignorar las preguntas y en un tiempo que exige serenidad y firmeza proponer tan solo vaguedades y escaqueos escandalosos. Que no me gustan quienes no son capaces siquiera de sentir respeto por quienes no pensamos como ellos, quienes no amamos como ellos, quienes legítimamente discrepamos de su mirada sobre Cantabria, sobre España, sobre el Mundo. Porque aunque ellos se crean poseedores de la única verdad, somos muchos los que hemos elegido transitar por otros caminos. Y entre esos muchos, habrá votos legítimos y conscientes que quieren que el PSOE permanezca al frente del Gobierno de España, y que, mal que le pese a Pons, merecen tanto respeto como cualquiera.

domingo, octubre 16, 2011

BLOG ACTION DAY 2011: FOOD. LA OPULENCIA Y EL HAMBRE.


De una perversa belleza resulta la fotografía de Sebastiao Salgado que he robado en la red para ilustrar esta entrada con la que como cada año me sumo a la campaña internacional Blog Action Day, y que toma este año como eje central la comida. Bella, porque nos recrea el momento tierno, íntimo, de la madre alimentando al hijo. Perversa porque intuimos que en las madres de tantos lugares poco alimento puede manar de unos pechos secos. Bella porque nos remite a una de las tradiciones iconográficas marianas de Occidente, la de la Virgen de la Leche. Perversa, porque no habla del bien, de los dones, de la vida, sino del dolor y del hambre y de la sombra.

Cuando me llegó la convocatoria del BAD2011 con el lema FOOD como lema son muchas las imágenes que se me vinieron a la cabeza, desde los cálidos sabores de la cocina de casa a las tradiciones alimentarias. Pero un recuerdo poderoso se me abrió camino y me decidió a volver una vez más la mirada del blog hacia la injusticia, un documental multipremiado de Manos Unidas en el que una mujer seca, cubierta de moscas, con los ojos extraviados y sonrisa yerta, acercaba a un bebé atónito, cubierto de moscas, cercano a la muerte, a un pecho que no era sino un odre vacío. Lloré. Con esa impotencia de quien se siente inútil e insuficiente para darle siquiera un poco de equilibrio y de justicia al mundo. Con la culpable mirada de quien vive en un mundo opulento en el que tantas veces la comida se convierte en un capricho, en un despilfarro, en un juego.

En aquellos mismos días del documental, recuerdo haber leído con ira y asombro cómo en la Unión Europea se tiraban literalmente toneladas de leche, de excedentes lácteos, el fruto de una agricultura subvencionada que no iba a servir para nada en una Europa opulenta e inmisericorde que ni siquiera se planteaba que esos excedentes de leche y otros productos agrícolas pudiera servir para paliar alguna situación de emergencia. También por aquellos días, otro nuevo contraste, era noticia el asesinato en Perú de una mujer de los suburbios más pobres de Lima que había dedicado su vida a un único objetivo, que a través de las escuelas primarias fuera posible que cada niño pudiera tomar cada día un vaso de leche, una inyección de vida, de vitaminas, de alimento saludable que le protegiera frente a todos los riesgos que para la salud implica la miseria.

En medio de una crisis cuyo final ni siquiera está previsto, los países del viejo poder económico continúan ensimismados, girando sobre su propio ombligo, incapaces de entender el crecimiento de los monstruos llamados al parecer a sustituirlos en las cimas del despilfarro, incapaces de dejarse interrogar por la miseria de los países que no sufren la crisis porque están demasiado ocupados sufriendo el hambre desde hace demasiado tiempo.

Seguiremos derramando tanques de leche, camiones de fruta, excedentes y competencias. Seguiremos gastando toneladas de carísimos tomates en una única fiesta, acumulando en las neveras comida destinada solamente a terminar en la basura. Seguiremos indiferentes el comercio justo, comprando alimentos de multinacionales manchadas de muerte. Mientras "hambre" seguirá siendo en ese África que se muere cada día sinónimo de "Comida", habitado por madres llenas de un coraje desesperanzado que las empuja a amamantar a sus niños con savia de nada. Soñando con ahogarse un día en ese río de leche que nosotros tiramos.

jueves, octubre 13, 2011

EL LENTO APRENDIZAJE DE LA CALMA


El próximo día 27 se cumplirá el primer aniversario de la muerte de Leo, ese momento exacto, fijado en la memoria, en el que da comienzo el año más duro, más triste, de toda mi vida. Un tiempo en el que sólo ha habido ausencia, lágrimas, el esfuerzo para sostener una voluntad que no me dejara caer y con desgana, lentitud, sombra, me permitiera continuar el camino.

Dicen, y tal vez todos tengamos ya alguna experiencia en ese campo, que el tiempo cura. O mejor, que no cura pero acaba ordenando los vacíos, almacenándolos en el disco duro en algún espacio en el que van amortiguando su furia extraviados entre tantas y tantas carpetas.

Tal vez sea esa capacidad de almacenamiento la que algún día nos permita regresar a la calma. Después de atravesar un calendario en el que cada día era "la última vez que Leo y yo ..." , "hoy hace un año que Leo ...", se va asentando la sensación de que el terrible dolor se ha ido adormeciendo y se va quedando en un malestar, una tristeza en el paso, un intervalo mayor entre lágrima y lágrima. Y así las estrategias de ocupar tiempo y cabeza para no tener oportunidad de recordar parecen dar fruto y abrir la puerta hacia otro horizonte.

Cuántas cosas se han ido cerrando desde que Leo se fue. Qué difícil ha sido volver a cocinar. Imposible abrir los cajones para meter sus cosas en cajas y quién sabe qué hacer con ellas. Qué duro intentar poner orden en un caos que se ha ido acumulando ante unos ojos que se decían "esto no puede seguir así" y un cuerpo que respondía con toda su flojera con "todavía no puedo, estoy sin fuerzas". Y al frío interior se han sumado otros desencantos y otros proyectos que caminan ya por vía muerta hacia el tope. Lo que significa que se acaban algunos talleres, algunos trabajos que servían como bastón y como motivación, y llega el momento de tomar decisiones. De nuevo, la matrícula en la UNED, después de esperar la llegada del Plan Bolonia, para continuar los estudios de Filología, ahora Grado en Lengua y Literatura Españolas; tal vez el momento de aparcar la política en cuanto se cumplan los plazos y llegue un próximo congreso, y volver a cantar en la Camerata si soy capaz de acaldar horarios. Y un 2012 en el que si no se cumplen las profecías mayas ni nos acuchilla la crueldad de los mercados y los mercaderes tendría que cerrar el viaje pendiente a Roma, la visita necesaria a Uruguay.

El próximo día 28 de octubre, viernes, a las 20:00, en la Galería Del Sol St se celebrará un concierto de piano a cuatro manos gracias a la generosidad infitina de Fernando Zamanillo, de Javier, de Violaya, de Carlos, en las manos perfectas de Rosa Goitia y de Javier Laboreo. Bajo el título "El muchacho que vino del Sur" (una trampa de la memoria sobre el título de una pieza para piano de Carlos Guastavino, El chico que vino del Sur) habrá un recuerdo para Leo, un recuerdo especial y necesario en un acto en el que me gustaría que la música del sur, la del Río de la Plata, la de Guastavino, y Piazzolla, y la celebrada Cumparsita, de Matos Rodríguez, puede que la más universal de las músicas nacidas en Uruguay, pudieran acompañarnos mientras cerramos los ojos y recordamos la sonrisa, la ternura, la fragilidad, la belleza inagotable de ese ángel que me dejó luchando por sobrevivir, tan solo. Os espero para callar y escuchar a vuestro lado. Para compartir más tarde, como los antiguos, una copa de vino, una libación sagrada, que nos reavive el corazón y nos devuelva la calma.

Con una música bellísima que para mí llevará siempre el nombre del amado.



viernes, octubre 07, 2011

JOSÉ LUIS VICARIO SE OCULTA Y SE REVELA EN DEL SOL ST


Tal vez hablar de un barroco de excesos contenidos no sea más que un juego retórico. Pero no se me ocurre una forma mejor de presentar a José Luis Vicario.

José Luis es barroco, excesivo, vital, provocador, divertido. Y su obra necesariamente cobra cierta dimensión de espejo. Un espejo en el que hay guiños, ironías, sugerencias, gestos, provocaciones, bromas y formas que se enredan sobre sí mismas, pero que al mismo tiempo queda contenido en un espacio bien delimitado, de ejecución impecable y cuidadosa, en el que tanto la forma material como la idea que la alumbró crecen y se otorgan mutuo sentido.

En "Ocultan y revelan", la muestra que mañana se clausura en la galería santanderina y amiga Del Sol St. entramos en un teatro lleno de penumbra en donde la luz se apoderará de nuestros ojos y los guiará hacia un escenario frontal desde el que nos observan unas serenas y sobrias máscaras que evocan a los bailarines japoneses de Buto. Una luz que jugará con las formas sobre las paredes desde unas espectaculares lámparas construídas con espejos en las que las formas engañosamente clásicas se complican con los juegos de reflejos y con su instalación como móviles que surten el efecto de una bola de discoteca al tiempo que nos sugieren una actualización atrevida de las grandes arañas de cristal de los teatros románticos. En la sala oscura de la galería, una especie de foyer nos presenta una colección original y divertida, una cristalería definitivamente recargada y sorprendente en la que cada copa se convierte en doble, pudiendo apoyarse sobre la mesa desde cualquiera de sus lados, y a un tiempo servir a su función como contenedor de vino o de cava según el lado que prefiramos. De nuevo, los juegos de luz invocando a la magia desde el cristal delicadamente tallado, de nuevo la penetración en un universo que creíamos controlar pero que desde la chispa creadora de José Luis Vicario, se reinventa a sí mismo y abre nuevas puertas desde las que accedemos a nuevos interrogantes.

Entrar en la galería despacio, en silencio, y tropezar con los bustos contemplativos bajo los sutiles juegos de luces y sombras de las lámparas, avanzando hacia la mesa frágil y repleta, es una invitación al viaje interior, un enigma que aprendemos a caminar callando, contemplando, aprendiendo, disfrutando.

Regresando por fin a casa en busca de la pequeña pieza de Vicario que me acompaña desde la misma inauguración de Del Sol St. Sutil, menuda, ágil. Apenas un gesto de color sobre un papel en blanco que desde su llegada no ha dejado de cautivarme la mirada y de hacerme tantas y tantas preguntas.
Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.