martes, enero 15, 2013

¿QUIÉN ABANDONA?


No parece una pregunta baladí en este país que cuenta entre los avales de esa Marca España que al parecer tanto preocupa al gobierno con el indudable mérito de ser el país de la Europa occidental que peor trata a los animales, el más cruel e indecente con sus mascotas, el que sólo con las cifras comprobadas a través de instancias oficiales y sin que se pueda saber el número real de muertes y abandonos, lidera ante el espanto de los demás europeos la carrera del maltrato.

¿Por qué España, qué ocurre aquí que no exista en otras latitudes del viejo continente, quién abandona, quiénes abandonan o justifican y encubren los abandonos? Sobre el porqué, voy a limitarme a recordar que España hace del maltrato animal fiesta y señal de identidad, que una buena parte de la clase política, una buena parte de los ciudadanos, una buena parte de la intelectualidad o de los rostros populares mira hacia otro lado, cuando no aplaude abiertamente y con orgullo, apoyándose en el “arte”, la “historia”, la “cultura”, la “identidad” o la “tradición” lo que no es más que sadismo engalanado para el placer de los más bajos instintos de las peores personas. ¿Por qué íbamos a dar valor, pues, a la vida o al bienestar de un animal, qué responsabilidad iba a esperarse de nosotros? Lanza al toro, campanario al burro, degollina al ganso, sebo al cerdo, espolón al gallo, río al gato y piedra al perro. Olé y olé.

Pero ¿quién?

Abandonan, por supuesto, los dueños. Los que deberían ser compañeros de los animales que eligen para tomar parte en sus tiempos y sus vidas y acaban siendo sus verdugos miserables. Esos dueños que no cumplen las leyes vigentes, que no alimentan adecuadamente, que no se preocupan de la salud, siquiera de las vacunas, que no implantan el chip identificador ni esterilizan a sus animales para poder así saciar con nuevas y diminutas víctimas su voracidad y su irresponsabilidad.

Abandonan los cazadores, y con ellos muchos de quienes tienen cerca un animal sólo por motivos prácticos, y que no otorgan valor alguno a quien, sin embargo, les sirve con presteza y con eficiencia. Que no tenga el perro un accidente, que no muestre nervios o miedo, que no envejezca. Porque la crueldad humana encontrará mil formas peores que la del abandono o el tiro para que el perro pague con dolor su jubilación, sin que de nada valga abogar por la entrega y el trabajo bien hecho durante años. No, para ellos el perro no vale ni la bala con la que, al menos, acabarían rápido.

Pero ojo. Abandonan las administraciones locales, los ayuntamientos. Que no sólo no ofrecen espacios, indicaciones, información y apoyo para la tenencia responsable de mascotas sino que penalizan y acosan, hasta el punto de que en buena parte del territorio patrio sale más barato abandonar o apalear a un perro o gato que dejar que corra un rato en un parque o una playa.

Abandonan quienes deberían educar para el civismo y alientan y consienten, por ejemplo, carteles como el que durante años presidió la puerta de un colegio de Santander, un dibujo realizado por un grupo de peques autodenominados “los mataperros”. Y sí, mal los dueños que ensuciaban el patio del colegio cada tarde con los excrementos de sus mascotas. Pero no más profesores, dirección, alumnos y familias de ese dibujo impresentable. Abandonan los medios, que rara vez se ocupan de los excesos y rara vez lo hacen desde un análisis frío, objetivo e iluminador. Y que sin embargo celebran fiestas y cacerías y demás ceremonias del dolor.

Abandonan las autoridades regionales, los gobiernos autonómicos, que miran con indiferencia la dura realidad, que permiten la cría indiscriminada que, sin embargo, nunca admitirían en otras especies, que controlan armas y permisos de armas pero pasan de largo ante la realidad, estado y suerte de los perros, aunque se les llene la boca, eso sí, de declaraciones públicas de amor a los animales. Que no mueven medio músculo, que no encuentran medio minuto para hacer cumplir las normas que ellos mismos han elaborado no tanto para la protección animal como para tranquilizar sus sucias y culpables conciencias. Y que además estrangulan, presionan e ignoran a quienes, las sociedades protectoras, hacen el trabajo de concienciación, de denuncia y de rescate que deberían hacer ellas.

Y abandona, claro, la administración del estado, el gobierno, desde sus tres poderes. De nuevo con la indiferencia, con la pasividad, con la comprensión con maltratadores. Esa administración que sólo prevé penas pacatas e ineficaces en los ámbitos civil, penal y administrativo, sin asumir la seriedad del problema, penas tibias que además se esfuerza en no cumplir. Y valga como ejemplo ese juez que considera que no hay delito en arrojar a un pobre spaniel a una sima de 30 metros porque el animal no murió. Olé, señoría. O la subida del IVA veterinario sin excepciones para las protectoras que sirve sólo para estrangularlas aún más y hacer más difíciles las opciones de rescate.

¿Abandonarán también las instituciones europeas a gatos, perros y demás animales con la desgracia de “trabajar” como mascotas de los españoles? Hay denuncias interpuestas contra nuestro país, por otros países y por grupos animalistas de otros países, escandalizadas ante las cifras de muerte y abandono que se manejan. Yo espero que no, espero que Europa por una vez haga lo que debe y de un fuerte espaldarazo a la Marca España con una sanción ejemplar, que haga temblar a todos y cada no de los antedichos y tantos más como ellos. Y que los pudra, que nos pudra, de vergüenza.

(Nota: Entre tanta miseria humana, las protectoras y los animalistas dan un contrapunto de luz y de trabajo. Agradezco a Sos Setter la foto, que tomo prestada de su web, en la que se aprecia el estado, tumor, desnutrición, tristeza en que recogieron a Rocky Balboa, este pointer que hoy está felizmente recuperado y en espera de adopción. Como les agradezco su trabajo, les agradezco a la loca de Gin. Y como agradezco a Rocky Balboa sus ganas de vivir y la alegría y felicidad que hoy contagia).

lunes, enero 14, 2013

BOCACHANCLAS POR CASTA: DE ERRO A FEIJOO Y VICEVERSA


Tengo un poco desatendidas las nuevas admisiones al cuadro de honor de Imbéciles Sin Fronteras, la particular ONG nacida de las aviesas líneas de este blog y de las turbias ondas cerebrales de su fementido escribiente. Pero es que desde que descubrí el vocable bocachancla como postmoderno sinónimo de bocazas imperial catetoide me estaba pareciendo como todo un signo de modernidad incorporarla de algún modo o manera. Pero tengan vuesas mercedes por incorporadas a la elite más elitista de ISF a todo fantasmón que acabe por manifestarse tras ser convocado por la ouija de esta nueva aventura del Bocachanclas de Casta.

Y es que por si no fuera suficiente aguantar cada día sus tropelías y mamandurrias, se empecinan en hablar, o así. Sin que parezca que su villana estupidez pueda ya tener freno. Y sin que haya llegado todavía el momento en el que los periodistas les llamen la atención con finura y estampa en las ruedas de prensa sin preguntas que les molan ni la ciudadanía les dé la espalda o escupa a su paso.

En anteúltimos tiempos (estoy seguro de que a estas horas habrá ya nuevas perlas que igualarán o superarán las de días pasados) no quiero olvidarme de Javier Erro Urrutia, Consejero de Industria, Innovación y Empleo de La Rioja. Y como tal consejero, servidor público que debería. Pero como eso pasó para muchos a la historia y con los tiempos que corren, donde vía neogallardonadas no parece que a los ciudadanos nos vayan a permitir derecho alguno, ni el de quejarnos, los bocachanclas andan más que crecidos en riada. Así que espetó don Erro que no entendía de qué se quejaban los parados riojanos, ya que en su status no veía más que privilegios. O lo que es lo mismo, que tenían descuentos en la peluquería, en los cines y en los museos. Todo eso a pesar de que la tarjeta del paro no les costaba ni un céntimo. Que no sé yo si ahora estará pensando en cobrarles su condición de parados para que no haya afrenta alguna para quienes como él pagan la entrada entera a los museos, suponiendo que haya pisado alguno en su vida.

Hay algo que no entiendo, eso sí. Y es que si para don Erro es tan chiripitifláutica la vida del parado ... ¿por qué no se apunta de una vez a ese estupendo dolce far niente que además es gratis? Muchos se lo agradeceríamos, creo.

Debió de pensar Núñez Feijoo, Presidente a la sazón de la Xunta de Galicia, que no le parecía bien que fuera un riojano y no un gallego el que optara al premio a bocachanclas de enero, así que aprovechó la calva ocasión que le ofrecía la puesta de largo de la sexagésimo octava edición de la Vuelta Ciclista a España para llamarnos, muy finamente, eso sí, oigan, vagos y quejicas a todos. Arranca el rapazo con la afirmación de que "con la capacidad de sacrificio de los ciclistas, España saldrá en 2013 de la crisis". Que no voy a decir yo que los ciclistas no sean sacrificados como pocos, no me malentiendan. Pero me parece que lo de don Feijoo es cuando menos un insulto contra quienes estamos todos y cada uno de los días soportando estoicamente recortes y agresiones sin haber sacado todavía las guillotinas contra quienes viven tan divinamente como sicarios del poder en plena exaltación de los privilegios de casta. Vamos, que no tengo yo claro que sean los ciclistas más sacrificados que dependientes, parados, pensionistas, funcionarios, autónomos, jóvenes, estudiantes, trabajadores, usuarios de los servicios públicos, etcétera, etcétera, etcétera. No sólo es que me parezca un insulto, sino que me parece que don Feijoo no es que esté precisamente legitimado para dirigirnos semejantes escupitajos a los españoles.
Y todavía peor cuando luego las remata intentando tocarnos la honra genealógica afirmando que nuestros abuelos y padres no eran tan blandos y mariquitusos como nosotros y que ante las dificultades "se han quejado menos y trabajado más". Que ya no sabe uno si lo que le molesta a este tal señor es que no haya un dictador que ponga orden y nos tenga calladitos a base de miedo y de jarabe de palo mientras ellos desarrollan su cruel orgía de recortes, abusos y eliminación de derechos sociales y civiles (va haciendo méritos la Cifu, eso sí) o es que directamente es tonto del chirimiri. Porque la indecencia de escupirnos a los españoles para recriminar que nos quejamos mucho y trabajamos poco en un manos muertas clama al cielo.

miércoles, enero 09, 2013

Y AHORA EN SERIO. O ASÍ.


Fluvium Hiberum, is oritur ex Cantabris, magnus atque pulcher, pisculentus. (Marco Porcio Catón)

Pues eso, que el Río Ebro, caudaloso y limpio, rico en pesca, nace entre los cántabros. Al menos según lo que unos cuantos años antes de Cristo reseña en su obra Orígenes Catón el Viejo en la que se ha convertido en la primera mención histórica a los cántabros. Aunque me da a mí que si llega a saber la que se montó el cuatro de enero en Twitter a cuenta de la cita, hace nacer el Ebro entre los numantinos y se queda tan ancho.

Cuelga Miguel Ángel Revilla en su muro una foto en la que Marcano y el propio Revilla presentan el póster editado por la Consejería de Cultura antes del segundo advenimiento y que recoge la frase, con la recreación de un guerrero cántabro, para celebrar esa primera mención "de Cantabria". Y se monta el picayo. Pero tomen nota, porque al margen de los derroteros absurdos que acabó tomando la conversación o lo que quiera que fuese, y el polilólogo cómico que luego nos organizamos varios twitteros "necios" y "batasunos", van a escuchar una idea con frecuencia en la próxima temporada de la serie El ala oeste de Puertochico. La de que Cantabria no tuvo realidad histórica, como vendría demostrado por el hecho de que los autores griegos y romanos no hablan de Cantabria sino de Cántabros.

O lo que es lo mismo, que conforme a tan preclaro argumento y a tan distinguidos latinistas, no se podría haber traducido nunca la frase anterior como "nace en Cantabria" o "nace en la tierra de los cántabros" o "en el país de los cántabros". Porque ni tierra, ni país, ni perrito que les ladre. Por mucho que a los necios y a los batasunos nos parezcan traducciones tirando a sinónimas o cuando menos a bastante aproximadas.

A mí, que como sabréis ustedes vosotros me encanta enredar, y que de lo que pudiera ser Cantabria en los tiempos pretéritos no deduzco máximas políticas válidas para la actualidad pero que al mismo tiempo siento ternura, interés, cariño por las raíces, la cultura y el devenir de este pedazo de mundo en el que caí como por casualidad un ya casi tan vetusto como Catón 26 de abril, pues me produjo fatiga y sorpresa el argumento. Supongo que la principal razón es la obvia relación entre el nombre de un territorio y el del pueblo que lo habita. Así pues, de la misma manera en la que España es la tierra de los españoles, para los romanos la Galia era la tierra de los galos. Aunque bien es cierto que puesto que el concepto de estado, el concepto de nación y otros similares nacen muchos muchos años después de la caída de Roma y hasta de la de Bizancio, también podemos pensar en el camino inverso, y que los romanos decidieran bautizar como Germania al territorio que poblaban los germanos y Armenia la habitado por los armenios. Como fuere, parece que tanto en una vía como en la otra, tendríamos que suponer que para Catón había o bien una Cantabria que daría nombre de cántabros a sus pobladores o unos Cántabros que siguiendo esas instrucciones del Génesis de nombrar el mundo le habrían otorgado a su suelo raíz el nombre de Cantabria. Momento bizantino-discursivo, como podéis observar. Pero la nueva doctrina es la de apuntar que no hubo Cantabria sino cántabros, y así se lo aprendieron ellos. Y que además, ese "cántabros" ni denota ni connota organización alguna.

Y es verdad que los cántabros debían de ser un poco dejados para sus cosas y tenerlo todo manga por hombro. Por eso, digo yo, contarían en el número de los bárbaros. Además de por no habitar durante un tiempo dentro de las fronteras de Roma y de no hablar latín. Pero a mí las fuentes y los comentarios de los diversos necios y batasunos de la Antigüedad vuelven a provocarme cierto desconcierto. Porque Catón el Viejo no decidió que el Ebro naciera entre los plentusios, sino entre los cántabros. Y así podemos ir apreciando en ciertas citas que la percepción de griegos y romanos era la de que diversas familias, tribus, gentilidades, comunidades, ciudades o lo que más les preste, con individualidad y nombre propio (concanos, blendios, avariginos, vadinienses, orgenomescos et altera) podían ser referenciados como tales, al señalar las comarcas en las que se distribuían, pero de manera común podían ser citados bajo el nombre de "cántabros". Lo que viene a significar, entiendo, que había comunidad de lengua, costumbres, religión, etnia y lazos más que suficientes para que fueran considerados como un todo. Claro que los escritores griegos y romanos, por el mero hecho de escribir, debían de computar como miembros de esa tribu tan aborrecida por los cavernícolas hispanos a la que conocen como intelectualidad. Y de los intelectuales qué vas a esperar, pues que sean necios y batasunos. O todavía peor, gays.

¿Podía haber pues cántabros sin un territorio Cantabria y sin una cierta estructura que permitiera unificar a varias comunidades en una realidad diferenciada de los vacceos al sur, los astures al oeste y los autrigones al este? Me pega a mí que no. Pero seguro que el argumento de autoridad más solemne proferido durante la bizantina polémica "Es que yo soy de Ponferrada" por uno de los intervinientes zanja la cuestión.

Pero por muy zanjada que esté y por mucho que vayan a escucharse las proclamas de que hubo cántabros pero no Cantabria, la realidad estrictamente marcada por las fuentes es otra. Porque los autores latinos hicieron referencia, sí, y con cierta profusión a los Cántabros, para sustantivar a un pueblo con el que estuvieron en guerra y con el que se tropezaron en otros conflictos. Pero usarán también el adjetivo Cantábrico, para hablar de hierbas, ciudades y costumbres, bien de los cántabros bien de la Cantabria, que para ambas realidades sería posible y ... oh, sorpresa, sí citarán expresamente a un territorio más o menos concreto con el nombre de Cantabria. Y ese nombre de Cantabria aparecerá, en diversos casos de la primera declinación (para que no se nos extravíe la distinguida traductora de las cercanías de Ganzo, no vaya a ser que se nos asuste al ver escrito Cantabriam o Cantabriae), en los escritos de Suetonio, de Plinio Segundo, de Floro, de Orosio y de Isidoro de Sevilla en diversos tiempos de esa curiosa Antigüedad.

Pero no vayáis a cometer el error y el horror de decirle al de Ponferrada y sus amigos que sí citan los romanos a Cantabria, con tal nombre, porque os integrará en la cuenta de los batasunos, los necios y las sectas.

Maldito Catón ...

domingo, enero 06, 2013

TÚ A LA ATLÁNTIDA, YO A PONFERRADA



Desde bien pequeño soy consciente de mi condición de atlante. Pienso en atlante, vivo en atlante, sueño en atlante y para comunicarme con mis semejantes y hasta con mis disímiles utilizo esa variante del atlante emparentada vagamente con las lenguas ugriofinesas y con el birmano clásico.

Pero ante mi atónita mirada, va un señor y me espeta el otro día en Twitter que él lo sabe todo de La Atlántida,y de Birmania. Y que La Atlántida es un invento de Platón y él lo sabe bien porque es de Ganzo, o de Ponferrada. Y que yo no sé nada de nada porque pone en mi perfil de Twitter que soy gay y en lógica consecuencia sólo tengo  capacidad para hablar de hombrones, de bolsos y de chándals; que le cito a Tartessos y su bíblica constancia porque soy batasuno, necio, mariconsón y muy muy mala persona. Y que además no entiende lo que escribo porque no pongo faltas de ortografía como las suyas, o porque él no superó la EGB pero porque no quiso aunque su señora de él sí que la superó y algún día lo hará su niña (las dos por lo que se ve también atlantes), o porque las mayúsculas y los signos de puntuación no estaban en su libro de texto del celebrado colegio Nuestra Señora de la Caspa en Pelazo, o porque como soy mariquituso y escribo en ugriofinés atlante, pues la comunicación comunica. En fin, que it's very difficult todo esto. Oh yeah.

El caso es que como la comunicación no fluía a pesar de que escribió el carcamal de Catón el Viejo que el río Ebro nace entre los cántabros, dato importante que demuestra a/ que Cantabria no existe y b/ que en el Valle de Campoo, no mencionado por Catón pero paradójicamente existente, tengo mi casuca blanca y en ella tengo a mi amor (Así me lo aprendí yo, porque mi abuelo, oigan, nació en Espinilla). Pues eso, que como el Ebro no fluía pues el del pelazo de Ganzo o de Ponferrada, de profesión  Opinador (u Opinante) por la Universidad de la República Independiente y Roja del outlet de IKEA que está en las afueras de Ponferrada. O de Ganzo. Porque mi otro abuelo era de Bustablado, aunque vivió unos años en Chicago, como Obama. Pues eso, que como todo eso se enfadó y me dijo que me fuera a hacer guarrerías atlantes con un señor con barba de Gijón, según dijo todavía más maloso que yo. Y eso que el de Gijón no es atlante y tiene barbas y yo soy paradójico y prefiero hombrones niñatos, depiladitos y con tatuajes macarras. Pero ya se sabe que los mariconsones atlantes ugriofineses sólo pensamos en el folleteo a tutiplén sin orden ni concierto en cuanto nos quitamos el chándal y aparcamos el bolso.

Fue entonces cuando apareció Mari Ella, que unas veces es de Ganzo, otras de Duález pero tiene un tío que hace empanadillas en Novales y un novio policía en Liérganes. Se nos apareció para poner orden, porque ella sabe traducir del latín y los demás no, y sabe que los escritores de la Edad Antigua hablaban de atlantes, de cántabros y de ugriofineses pero no de La Atlántida, ni de Cantabria ni de Finougria del Palancar. Lo cual demuestra que a/ ella es de letras puras o eso cuenta, b/ que los atlantes vivían en Badajoz, los cántabros en Badalona y los finougrios no sabe, pero igual eran terroristas vascos como piensa el del pelazo de Ponferrada, ¿O era Ganzo?. Y sobre todo c/ que Suetonio, Floro e Hidacio de Chaves escribieron la palabra Cantabria sólo por joder, lo que a su vez demuestra que eran gays, porque los mariquitusos, ay, ya se sabe, sólo pensamos en el folleteo. Y en bolsos y chándals.

Pero como el del pelazo de Ganzo (o puede que de Ponferrada, porque una de mis abuelas era de Santander y la otra también) estaba ya muy enfadado y no quería ni opinar, el pobre, y la latinista de Duález no sabe atlante, pues al final no nos enteramos de qué tienda de Ponferrada tiene bolsos monos para combinar con chándal. Pero sí de que los birmanos no llevan falda sino longyi.

Nota 1. Es surrealista, sí. Pero a veces las redes sociales son surrealistas. O directamente tontas del chirimiri, (palabra vasco-atlante de reminiscencias batasunas no usada de forma habitual en Ponferrada y rara vez en Ganzo).

Nota 2. No habéis entendido nada porque no domináis el atlante, cariños.

Nota 3. Si sois buenos, a lo mejor mañana escribo un post que lo aclare. O a lo mejor no.

Nota 4. ¿Alguien tiene un bolso que me vaya bien con este chándal?

Nota 5. Sol.

Nota 6. Gracias a José Luis Kikirikí, a Rubén the Hunter, a Kimm-Arantxa, a Teresa Coudeletras, a Mara Numeritos, a Victoria Actinia, Renata Whitemountains et alteros por sus tweetaportaciones para una charla mitica y por su dominio del atlante.

jueves, enero 03, 2013

YO NO ESTOY INDIGNADO. UNA MIRADA SOBRE EL 2012.


Puede ser que las ausencias se vayan acumulando hasta pesar demasiado, puede ser que ese peso en realidad sea el de los años o el de las decepciones. Pero en esta especie de balance obligado de fin de año, que se ha retrasado un par de días, al echar la vista atrás tengo la sensación de que 2012 fue el año en el que me rendí. Un año líquido, como la modernidad de Baumann, lleno de escollos a los que te vas adaptando y que vas integrando dentro de tu propio itinerario.

Es cierto. No he conseguido sobreponerme a la muerte de Leo hace ya dos años, tan absurda, tan injusta. Y puede que los esfuerzos por no caer y por mantener cierta apariencia de fuerza o al menos de serenidad, con tanto desgaste propio y tantas manos amigas apuntalando, diera fruto y se frenara el batacazo, pero al tiempo dejara en suspenso esa sensación de que ya no. De que en lo personal van cerrándose capítulos y de que probablemente la soledad, la íntima, la del hogar, haya llegado para quedarse. Lo cual no es necesariamente malo, pero sí desolador. Recuerdo unos versos prodigiosos de Ada Salas, cargados de silencios. "Ya no será la paz: / Han besado mis ojos / tu terrible desnudo". Versos en los que puedo leer a Leo, la pasión, la intimidad, la enfermedad, la despedida, la sombra.

Glenda era uno de las últimas realidades compartidas, ella que tantas veces buscaba calor interponiéndose entre nosotros en el sofá o en la cama. Y ahora se ha marchado también, en paz, con la mirada vieja y agotada, sin sospechar toda la nostalgia que deja. Como se marchó la Galería DelSol St. Un espacio bello, humano, vivo, en el que aprendía a cada exposición, en el que me hacía mejor con cada conversación compartida con Javi, con Violaya. Con Fernando, con Fernando Zamanillo, esa persona grande de corazón grande y sabiduría grande a la que Santander se le quedó demasiado pequeña hace muchos muchos años pero que no quiso marcharse y optó por no rendirse nunca. Y que sigue en la brecha sin que a sepamos demasiado bien abrazarle, o animarle, o mostrarle nuestra gratitud por ser como es, por estar donde está, por enseñar y buscar y apostar y arriesgar.

Como se marcharon también muchas esperanzas y muchas apuestas en el mismo viaje en el que gentes, ideas y organizaciones decidieron atrincherarse y esperar en vez de ventilar, abrir, regenerar. Y prefiririeron el rito al don profético. Dejándonos también desorientados, confundidos y cansados, víctimas de esa especie de enfermedad del desafecto. Mientras la intemperie se agudizaba y los valores y modelos en los que  creemos son salvajemente golpeados cada día, y el revanchismo y el rencor de quienes nos ¿gobiernan? se cebaba con tantas cosas importantes y hasta procuraban el golpe parlamentario ad personam , en esa miserable intervención de leticia díaz, pergeñada probablemente en otra mesa hipócrita, la de chabela gómez, que no voy a perdonar.

Por supuesto, claro, la luz, toda esa luz que también estuvo en el 2012. Sería injusto no recordar tantos instantes felices, tantas palabras felices, tantas sonrisas. Amigas y amigos sembrando cariño y cercanía, incluso desde la lejanía de las redes. Mis alumnos, y sobre todo mis alumnas, de literatura universal, de español para extranjeros, de música, mis grupos de lectura de pueblo en pueblo, mal que pese a las dos de arriba. La pesadez de Glenda, más tierna y frágil, más cercana puede que por eso, que nunca, sin renunciar nunca a su alegría, y la locura de Gin. Ese refugio que encontré como cada verano en la UIMP y su aire fresco y diferente y que no sé si será posible de nuevo en el 2013.

Pero entre todos no han conseguido frenar la caída, la desazón, la sensación de cansancio y de desamparo. Ese no estar en el tiempo correcto, en el lugar correcto, en la actitud correcta, en la vida correcta. Ese decidir que ya ha terminado el tiempo de buscar y de pelear y de que ahora les corresponde a otros intentar hacer mejor algún pedacito de mundo.

Son esos, ellos y ellas, quienes tienen la energía para estar indignados, quienes tendrían derecho a hacer afirmaciones como la que nos deslumbró en Casablanca de que "el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos". Porque ante este mundo que se derrumba , otros nosotros hemos perdido ya los trenes y hasta la referencia de las estaciones. Y no vamos a dejar de luchar, porque está en nuestra sangre, en nuestra manera de ser y de estar. Pero lo vamos a hacer, lo voy a hacer, desde la desesperanza, desde el enfado, desde la decepción ... desde la derrota.

¿Merece la pena hacer planes para estos meses que acaba de inaugurar el calendario? Habrá que buscar compañía para Gin. Habrá que empeñarse en las clases, en la poesía que está volviendo a reclamar paso. Habrá que seguir soñando en probar suerte por otros lares, quién sabe, y en poder dejar esta ruina que una vez quise "ciudad posible" y que forma parte por pleno derecho del Ya No.
No, definitivamente miro hacia un 2012 de espanto y no estoy indignado, no encuentro fuerza para estar indignado. Solamente triste, muy triste, carente de esperanza.

miércoles, enero 02, 2013

GLENDA DESDE EL CIELO


Querido “Gafapasta”:


Hace ya algunos días que tuve que marcharme, no porque no fuera feliz contigo y con Gin y con las gatas y con toda la gente maravillosa que fui conociendo. No, he sido una perra muy muy feliz, pero hasta las perras muy muy felices cumplen años y llega un momento en el que el corazón dice que ya no da más de sí, y las patas empiezan a moverse temblorosas, y un velo de cataratas oculta la mirada y… y ya no puedes seguir y sabes que se ha terminado el tiempo. Los animales lo sabemos y al contrario que los humanos no nos resistimos y elegimos partir con dignidad. Por eso dejé de comer, me tumbé y ya ni siquiera quería salir de casa, aunque la cabeza me decía que todavía me esperaban tantas maravillas fuera. Me daba pena mirarte, claro, que te estabas poniendo triste, me daba cuenta de que Gin estaba muy nerviosa y venía a cada rato a chuparme el hocico, pero así son las cosas.

¿Qué más podía querer? Me marché contigo mirándome y acompañándome, mientras me acariciabas la pata para que estuviera tranquila. Y en esos últimos momentos, justo antes de dormir para siempre, se me vinieron millones de imágenes a la cabeza. Recordé aquella mañana de verano en la que me apartaron de mi madre y mis hermanos y me llevaron contigo, recordé cómo la primera noche busqué tu olor, tu calor para dormir porque ya te había hecho mío, recordé mis primeros juguetes, el gran dado amarillo, y los últimos, la muñeca de Hello Kitty que Gin encontró perdida en la calle y que le robé descaradamente. El capón de Navidad y sus exquisitas pechugas, aunque ya sabes que el chico para el que cocinaste no me gustaba nada y yo tenía razón. Recordé la bahía de Santander, cuando íbamos en la patera de Ángel rumbo al Puntal para pasar un día de luz agotadora, las caricias del Cantábrico cuando me quedaba como tonta metida hasta el hocico, dejando que la marea me acariciara y me invadiera el frescor. Vi como si fuera otra vez la primera la cara sonriente de Leo y volví a enamorarme de él igual que tú, y a quererle y a cuidarle y a buscarle. Recuperé el primer día de las gatas, esas dos pizcas de casi nada que bufaban cuando me acercaba y acabaron siendo mis dos cachorritas, y la primera noche de Gin en casa, cuando me enfurruñé y quise poner orden para que no se desmandara. Jugué otra vez al fútbol con Sergio y sus amigos, y volví a lamer la cara de Ángel. Recordé la sonrisa de María. Defendí con pasión mi palo frente a aquella horda de sos-setters chiflados en la Ría del Pas. Fui de paseo, de manifestación, corrí por la playa y por el parque con niños y con perros. Me tiré encima de Valva y de nuevo le di las gracias por haberme dejado quererla tanto. Y sobre todo te vi a ti, me acurruqué a tu lado para buscar calorcito, sentí tus caricias, escuché cómo latía tu corazón sincronizado con el mío y sentí muchas ganas de mordisquearte la nariz para darte las gracias.

Y ahora en el cielo…

Todos los perros van al cielo, porque no se puede ser perro sin ser bueno. Ya sabes que la maldad es como Soberano, cosa de hombres. Y eso es bueno porque el cielo es un lugar maravilloso. En realidad los cielos, porque cuando uno atraviesa la frontera se encuentra con su propio cielo, y en ese cielo está todo lo que has amado durante tu vida, todo lo que te hizo feliz y te puedes sentar a esperar hasta que llegue lo que todavía se quedó en la tierra. Y unos cielos se chocan con otros y se hacen intersecciones y así puedes conocer nuevas experiencias. Y como aquí no hay ni tiempo ni espacio, es como habitar una gran sonrisa.

¿Mi cielo? Tiene varias partes, un armario ropero infinito lleno de alta costura y una pasarela roja hacia la luna. Un prado siempre verde, y una playa tranquila con aguas transparentes. Hay balones, y colchones comodísimos, y puedes comer capón todos los días, pero también otras cosas ricas. Y tomar el té con Balenciaga y charlar con Coco Chanel antes de la cena. Y pasear horas y horas y horas con Leo, que me estaba esperando a la puerta y gritó contentísimo “Mirad, aquí llega mi enfermera favorita, ¡Glenda, Glenda!”. Y me puse yo tontísima y se me puso el rabo como loco para un lado y para otro. Y me abrazó y me fue explicando cómo funcionaban por aquí las cosas y que no había que sentir nostalgia porque yo iba a estar siempre contigo.

Sí, cuando llegas tienes que elegir algún truco para besar a los que echas de menos. Por ejemplo, cuando te estás quedando destemplado y de pronto sientes un calorcito maravilloso, es que te acaricia Leo. Cuando comes algo y descubres un sabor perfecto, intenso, es que tu padre ha pasado cerca. Las palabras maravillosas que más te conmueven en los libros son la Tía Chavita. El olor de la ropa blanca al sol y todos los demás olores naturales te los envía la Abuela Rosalina. Esas cosquillas que a veces te hacen sonreír son de Lander. Las ganas de bailar cuando escuchas algo molón en la radio te llegan de la loca de Lola, tu primera setter. Y yo, bueno yo he decidido ser esa estrella que brilla mucho más que las otras cuando miras al cielo en una noche despejada y sientes que el mundo te inunda de maravillas.

Recuérdalo siempre., porque con todos esos pequeños golpes de belleza estamos dando forma aquí al que algún día será tu propio cielo.

Y si no te lo crees, mira esta noche a las estrellas.

Te quiero, Gafapasta.


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Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
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