lunes, mayo 12, 2014

CONCHITA WURST, LA REINA DE EUROVISIÓN 2014



Como les suele ocurrir a las baladas, Rise like a phoenix , la canción con la que Conchita Wurst ganó para Austria Eurovisión 2014 gana fuerza después de la primera audición. En esa primera vez, me pareció una balada correcta, sin más, muy bien cantada por una peculiar mujer de estupenda voz y aspecto incómodo. Hoy tengo que decir que sin que se haya convertido en mi favorita del festival, es una canción que me resulta agradable y que en todas las fases ha estado defendida con auténtica pasión y calidad por Conchita. 

Hago esta introducción para aclarar que me parece justo el triunfo de Austria, a pesar de que me hubiera gustado que el trofeo pasara a Holanda o Suiza. Y porque algunas de las reflexiones que ahora voy a escribir podrían hacer creer lo contrario, al apuntar que Conchita Wurst ha sido paradójicamente beneficiada por los altos niveles de estupidez de la homofobia militante que lleva días bramando por las redes sociales (en España twitter ha dado mucho asco, con memos anónimos y mamarrachos con barba conocidos a lo Antonio Burgos, y TVE se ha cubierto de gloria dando eco a voces que no la merecen). La polémica suscitada viene de largo, desde el momento en el que Thomans Neuwirth / Conchita Wurst consiguió la clasificación para representar a Austria. En su país parece que la gente se sentía avergonzada y en el Este arreciaron las voces que pretendían incluso impedir la emisión de la participación austríaca por considerarla contraria a la Ley Putin contra la propaganda homosexual.

En España, imagino que habrá sido igual en otras partes, la ignorancia, la intolerancia y los prejuicios se han basado en la crítica a la "mujer barbuda" , al "maricón con barbas" y eso por utilizar sólo los previsibles y suaves, acompañados de una exhibición de barbaridades sobre gays y sobre transexuales.

Quizás sea esta la primera reflexión que me importa. ¿Transexuales? ¿Por qué ese ataque a las personas transexuales? Conchita Wurst no es una mujer transexual. No estoy muy seguro de qué parte de la sentencia "Conchita Wurst es un personaje construido por un cantante para salir con él a un escenario" no entiende la gente. Nunca ha dicho Thomas Neuwirth que se sienta mujer, procede de un entorno cultural en el que las mujeres transexuales tienen la oportunidad de realizar con normalidad su transición hacia su identidad correcta. De hecho, tengo la impresión de que una mujer transexual jamás construiría su imagen pública con barbas, ya que suele ser habitual en primer lugar que mujeres y hombres transexuales  huyan del estereotipo de género del que escapan y apuesten por un hiper-desarrollo de los caracteres propios del sexo por el que han luchado. Sin olvidar el efecto sobre el vello corporal de la hormonación.

El resultado de la transformación (transformista, drag queen o el clásico travestí podrían ser cajas más adecuadas si nos empecinamos en clasificar y ordenar una realidad que tiende a infinita) de Thomas en Conchita es un resultado incómodo porque rompe los estereotipos, porque de alguna manera denuncia los estereotipos, porque propone una belleza no normativa y vinculada no a la aprobación social sino a una decisión individual a partir de una visión individual. Aspectos que, como apuntaba el otro día en Facebook el bueno de Toño de Celis, nos recuerdan algunas premisas básicas de la llamada Teoría Queer , en su empeño por escapar del binarismo de género, por luchar en favor de una diversidad que no admite demasiadas puertas, por creer que en el camino del respeto a la realidad social, cultural, sexual de las personas la quiebra de "lo normal" siempre es provocadora y obliga a la reconstrucción de nuestros parámetros de evaluación y conocimiento de la sociedad. Porque no sé si ella lo sabrá (estoy seguro de que sí) pero probablemente la calificación que mejor encajaría con Thomas / Conchita sería la de cantante queer (rara).

Los desvaríos previos al Festival de los putines de guardia han favorecido sin duda toda una movilización de simpatía hacia Conchita Wurst, una simpatía que además se ha afirmado sobre la indudable calidad de la canción y de la intérprete, y que ha concluido con la victoria para Austria en un festival en el que la media de televoto y voto técnico ha supuesto un menor peso de las amistades geoestratégicas y una votación un tanto insólita en muchas ocasiones. La simpatía por Conchita en un festival tan querido para el público gay como el que nos ocupa, ha tenido también otras dos consecuencias: por un lado, creo que las declaraciones, bastante infumables, sobre la austríaca del cantante armenio de cuyo nombre me acuerdo pero no me da la gana escribirlo le han perjudicado en las votaciones (también, que conste, sus interpretaciones bastante menos notables que la de Wurst o que lo que escuchábamos en el video promocional). Y ha sido sorprendente el abucheo generalizado cada vez que Rusia recibía algún punto, una evidente manifestación de que muchos ciudadanos europeos no queremos compartir nuestros espacios con países que cultivan la homofobia de estado.

En España, por ignorancia o por mala baba, la prensa seguirá presentando a Conchita Wurst como una especie de monstruo de circo, y en las redes mucha gentuza dará rienda suelta a su odio y a su incapacidad para enchufar la mononeurona. Mientras tanto, la reina de Austria, como felizmente la definieron tras la primera semifinal los presentadores del certamen, hablará con prudencia y modestia, como ha venido haciendo, de una lucha constante que ningún odio podrá parar para que cada uno pueda elegir quien es, quién quiere ser. Con la corona y el cetro de Eurovisión, verdaderos, bien aferrados a sus falsas barbas y su cierta voz.

martes, mayo 06, 2014

ROMANCE DE SIERRALLANA Y EL COLÉRICO DON DIEGO


Uno, cuando era muy muy pequeño, tenía un pronto que parecía un tarde. Mi abuela, con la sabiduría pausada de la edad, decía en aquellos momentos "El genio, en el bolsillo". Así que supongo que en buena medida madurar consiste en controlar la mala educación, porque mala educación es, en suma, obligar a quienes te rodean a presenciar tu falta de control, tu incapacidad para dominar el gesto y la lengua y estallar en cólera. Nuestro presidente autonómico es muy de estallar. Lleva ya un largo historial de agresiones verbales, de modales barriobajeros, y es que o se siente tocado por la mano de Dios para salvar Cantabria (¡y cómo la está salvando, Virgen de Montesclaros!), o tiene la inflamación en lo que un amigo ha bautizado como la pepetencia , o añora tiempos de matón barato de patio de colegio. Porque si todos debemos controlarnos la ira, con mayor razón alguien de su rango, que supuestamente representa a todos los ciudadanos y que además lleva las críticas anejas al sueldo (no todo en el poder van a ser sobres).
La anteúltima ha sido la que montó en Sierrallana, donde se puso a arrancar los carteles que criticaban la gestión de su gobierno con la sanidad y denunciaban la reducción de unos servicios y la privatización de otros, según vienen contando los sindicatos, que necesariamente redundarán en una importante merma de la calidad sanitaria de nuestra región.

En fin, que comentando estas y otras quisicosas con mi vecina, La Rulos, se sacó del delantal este romance. Que cuando se pone versera, no hay presidente malcarado que la ladre. ¡Cuidado con el Diego!

ROMANCE DE SIERRALLANA Y EL COLÉRICO DON DIEGO

Sierrallana, Sierrallana,
no digas que no te aviso,
que furioso como suele
Nacho Diego ya ha salido
y hacia vuestras nobles vegas
marcha desde Puertochico.
Airado como una ménade
tiene turbado el sentido, 
arroja puros al suelo
(mira que el tío es cochino)
y los pisa con tal rabia
que parece poseído.
Ya a la altura de la Sniace
crecen más los alaridos:
se burla de los obreros
y ríe hasta quedar bizco.
Brama Diego como un trueno,
más chulo que Chindasvinto,
que no hay cartel que se atreva
a criticar su palmito
y que promete arrancar
de ventanas y pasillos
cualquier papel que le afrente 
( y él se afrenta facilito)
y ¡ay, como pille de frente
a un trabajador vendido
a los sindicatos malos!
¡le saca los higadillos!
Diego está ya en Sierrallana
-poned a salvo a los críos-, 
echa espuma por la boca,
la cabeza le hace giros:
"Malditos papeles, ¡fuera!
¡fuera de mi recorrido!
que os arranco y os estrujo, 
voy a haceros picadillo
y el retrete de señoras
hoy lo atasco ¡por mis … niños!"

sábado, mayo 03, 2014

SUPREMA HOMOFOBIA



La mesura y dignidad judicial de José Luis Raquero, perdón Requero, ha alcanzado tan alto prestigio que hasta el mismo Consejo General del Poder Judicial tuvo que enmendarle los disparates cuando redactó aquel famoso informe no solicitado por nadie sobre la reforma del Código Civil planteada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que concluyó con la aprobación del matrimonio igualitario para todos los españoles, también para las parejas del mismo sexo. Allí, en este texto infame, el iluminado de la foto comparaba las parejas del mismo sexo con la que podrían formar un hombre y un animal. Y desde ese momento, militante de pro del Opus Dei, inició una cruzada contra la igualdad y la dignidad de las personas lgtb, contra los derechos humanos, basada no en razonamiento objetivo alguno sino en sus propios prejuicios religiosos y si me apuran en su cortedad de miras, su escasez intelectual y su más que discutible cuantificación para ejercer la judicatura. Porque sí, señores, la judicatura ha de ejercerse desde una ecuanimidad que debería aplicar la ley, llegado el caso y en ausencia de la misma o la presencia de lagunas interpretativas, la equidad, los principios generales del Derecho, hasta el sentido común. Pero no sólo no consta por lado alguno que entre las estrategias intelectuales aplicadas por un juez para ejercer su obligación estén sus prejuicios y creencias, sino que además esa personalización argumentativa está expresamente prohibida. 

¿Podemos esperar los ciudadanos, en especial los ciudadanos lgtb, la más mínima seriedad en la aplicación de las normas a los casos que lleguen al Supremo, que pasen por las manos de Raquero, perdón, Requero, máxime si esos casos (administrativos) tienen alguna referencia a la igualdad de derechos, al status cívico de los ciudadanos y ciudadanas lgtb? Me temo que no, me temo que nada sino nuevas agresiones debemos esperar de un magistrado que contraviniendo su deber constitucional de neutralidad ha estado llamando a las manifestaciones contra el matrimonio igualitario o contra la reforma del aborto, siempre de la mano de organizaciones tan transparentes en sus odios como HazteOír. 

Producto del rifirrafe entre los miembros del CGPJ, producto de las tradicionales trampas institucionales del PP y su entorno para apartar de su camino normas procedimentales o simplemente acuerdos tradicionales (como el que exigía acuerdo unánime para el nombramiento de magistrados del Supremo), se han aprovechado ahora para agradecer los servicios prestados a quien ya nos ha demostrado por activa, pasiva y perifrástica ser un enemigo abierto y declarado de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales.

Y es que los debates sobre la escasa salud del sistema salido de la Constitución  Española de 1978 suelen obviar las referencias a un Poder Judicial que ha maniobrado para estar al margen de la definición constitucional que le hace depender, como al Ejecutivo y al Legislativo, de la soberanía popular, con unos órganos de gobierno, sistemas de control, procedimientos de acceso que hacen de la judicatura casta entre las castas, un espacio opaco que mira más por privilegios y ombligos que por la salud cívica. Digamos que sólo una vez un ministro, un ministro que conocía muy bien el percal, cuestionó abiertamente esos sistemas de acceso y control … y duró cuarto de telediario.

En fin, cada vez que en las redes reproduzco alguna barbaridad infame contra las personas lgtb, alguno de los insultos que cada día nos escupen Raqueros, perdón, Requeros y epíscopos varios, hay quienes me lanzan la famosa diatriba "a que no te metes con los musulmanes". Pues sí, señores, cuando imanes y ralea de circunvalación habla contra nuestros derechos humanos, que son también derechos humanos de todos, hablo tan alto y tan claro como puedo. Pero aprovecharía ahora para devolverles la pregunta: ¿permanecerían impasibles si en lugar de un extremista cristiano hubiera accedido al Supremo un juez que militara en el islamismo radical? Pues eso. Que a lo mejor deberíamos tomarnos de una vez un poco más en serio que sí, que es imposible eso de la boca muda de la ley que quería Montesquieu, que es imposible pensar que un juez actúe como si su mente estuviera inmaculada de preconceptos y valores personales, pero que también tendríamos que tener la valentía y las herramientas para impedir que quienes han exteriorizado su incapacidad y destemplanza para afrontar con garantías mínimas el desempeño judicial no deberían vestir togas. Mucho menos togas supremas.
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