martes, septiembre 22, 2015

UN DÍA PERFECTO


No sé quién acuñaría esa vieja idea de que el verdadero Paraíso es nuestra infancia. Pero el reencuentro con los viejos compañeros y compañeras del Colegio Antares de Reinosa viene a servir como aval de la misma, del grupo de estudiantes que en todo o en parte cursamos la EGB entre 1971 y 1979 en un colegio que abría sus puertas precisamente en 1971 y que quiso ser un referente pedagógico moderno, humanista, libre, abierto. El caso es que nacidos en nuestra mayor parte en 1965, habíamos decidido celebrar juntos el medio siglo, y manos a la obra el pasado sábado, en plenas fiestas de San Mateo, nos encontramos para tomar unas cañas, comer en buena compañía y jugar a reconocer y a ser reconocidos.

Durante la preparación del encuentro, comenté a algunos profesores con los que tuve ocasión de hablar, Mari Ascen, Mari Tere o Pepe Espurz, que algo habrían hecho bien cuando el recuerdo del colegio estaba bien asentado en tantos y tan bien. 54 compañeros pudimos responder a la convocatoria, a los que habría que sumar los ocho o diez que no pudieron estar presentes ni en la comida ni en otros momentos del día por problemas laborales, el pequeñísimo grupo al que no pudimos localizar y, cómo no después de tanto tiempo, los ausentes Carlos, Moisés, José Antonio, Ester, Monchi.

Ante estos eventos tiene uno siempre sus nervios, sus reservas, sus dudas. Pero desde el primer momento, en el primer punto de encuentro que tuvo lugar a las 12:00 en la mítica bodega de Pepe el de los Vinos, la sensación fue la de que el tiempo no había pasado, de que simplemente recuperábamos las conversaciones y la confianza que habían quedado suspendidas en junio de 1979 (algunos no nos habíamos vuelto a ver desde entonces). Así fue con Jesús Ángel, Mateos y Marta, con los que configuré el primer cuarteto en llegar. Muy pronto con mi querida princesa y así poco a poco con los que se iban acercando al Pepe, al Ábrego, a la foto delante del cole, al Golf de Nestares  donde también las hermanas Torices habían organizado a la perfección la acogida y la colación ... 

Está claro que fuimos felices en el Antares, claro también que con el paso del tiempo esos pequeños espacios que se nos fueron extraviando cobran un valor especial, se nos hace evidente que los amigos de entonces, los de la infancia, los del patio del colegio, fueron los primeros y siempre serán los mejores, porque forman parte de nuestra historia privada. Allí con ellos se quedaron los primeros amores, los primeros disgustos, risas y lágrimas, juegos y estudios, pedacitos de vida y de corazón que hoy nos resultan si cabe más entrañables.

No puedo sentir más que agradecimiento por la oportunidad de haber sido niño en Reinosa y en el Antares, gracias a mis padres, a mis profesores. Pero sobre todo gracias a vosotras y a vosotros que poblasteis mi infancia de alegría, que siempre me hicisteis sentir querido, importante, especial. A vosotros que abandonasteis por un día los achaques y las responsabilidades y volvisteis a ser niños y niñas a mi lado, como si lleváramos puesto el uniforme y las mismas ganas de vivir y de soñar que entonces: Elena, Metodio, Orzowei, Marchena, Mateos, Belén, Mariluz, María, Michel, Milagros, Juan Carlos, Gus, Maricruz y Maricruz, Azu, Yolanda y Yolanda, Irene, María Jesús, Ana José, Maribel, Rocío, Marisol, María Jesús, Eva, Luisa, Santi, Jaime, Berto, Daniel, Jesusa, Pedro Antonio, Manolín, Lolo, Maribel, Rosa, Marta, Marián, Jesús, Juanjo, Tito, Nieves, Montse, Jesús Ángel,  Ana Belén, Blanca, Elisabet, Carmen, Mamen, Esperanza, Ana Isabel, Angelines, Virgilio. Y cómo no a Yolanda (otra más), a Rosi, a Mariví y a Marisol, a Ana, Geni, Maruja, María José ... en fin, a quienes no pudisteis estar el sábado pero sabéis que sois parte de esta familia bajo la eterna luz de aquella estrella roja.


miércoles, septiembre 16, 2015

HABLANDO DE ARTE


En una de mis redes sociales, en medio de uno de esos eternos, recurrentes y cuasi bizantinos debates sobre el "Toros sí, toros no", escribe un amigo algo así: "¿Cómo no va a ser la tauromaquia un arte, si multitud de pintores, poetas, escultores, fotógrafos, novelistas la han cantado fascinados por ella y la han utilizado como fuente de inspiración?". 

Nadie, imagino, cuestiona que la pintura, la poesía, la fotografía, la escultura, la danza, la novela sean arte, al menos formas de expresión artística, con independencia de cuáles sean sus fuentes de inspiración. La guerra no es arte (diga lo que diga Sun Tzu) pero sin duda lo son Guerra y paz o La carga de los mamelucos. La pedofilia no es un arte, pero sí lo es Lolita; no son un arte los taxis, pero sí pueden dar contenidos a hermosos poemas de Luis García Montero. 

Surge, en todo caso, la cuestión principal en torno a qué sea el arte. La maldita polisemia, de nuevo, y la necesidad de establecer una especie de diccionario básico con el que compartir palabras y mensajes con los otros intentando evitar el ruido, la ambigüedad, la incomunicación. Así que, sin encajar del todo en ninguna de las nueve entradas que la tal palabra le provoca a la Real Academia de la Lengua, voy a comentar el contenido que para mí es esencial en la determinación de su contenido práctico: la transformación de la realidad física y la revelación que tal transformación necesariamente desata en nuestra percepción del mundo.

Incluso en sus concreciones más clásicas, realistas y naturalistas, todo gesto artístico selecciona y altera la realidad circundante, la carga de sentidos, símbolos, preguntas, la modifica y la configura como una respuesta de un ser humano único y concreto que trabaja desde una sociedad, un espacio y un tiempo igualmente determinados, a los interrogantes propuestos desde el universo sensible, desde la vida. La pintura utilizará sus mejores herramientas, la forma, el color, la composición, la perspectiva, para atrapar el instante tal y como de él se ha apropiado el artista. La danza escribirá formas y emociones desde la estilización o la violencia de los movimientos corporales. La música inventará desde el sonido físico todo un catálogo de emociones nuevas que a veces puede aparecérsenos como infinito. No hay arte sin transformación de una materia, como tampoco lo hay sin desvelamiento. El genio del artista, si así queremos llamarlo, su intuición, su talento, su pericia, es capaz de conquistarnos cuando la obra, cuando la materia transformada, golpea nuestra consciencia. En sus mejores manifestaciones, para nuestra historia personal existe un antes y un después del encuentro con la obra de arte, también así para un hipotético yo colectivo que genera desde la epifanía de la gran obra una catarsis plural y un cambio de códigos sociales y estéticos. Desde el pasmo hasta el síndrome de Stendhal, la furia del arte nos deja sin aliento ante una Quinta de Tchaikovsky, un soneto de Góngora o las formas gigantescas de Anselm Kiefer. Aprendemos entonces que el mundo se nos expone con pliegues, sombras, recovecos que no habíamos sabido encontrar y que el artista-demiurgo es capaz de poner ante nosotros, cuestionándonos, llenándonos de preguntas. 

No veo ni transformación ni desecamiento en la violencia contra los toros, tampoco en la ejercida contra cualquier otro animal, pero de esas otras no pretendemos hablar como de arte. No es transformación, no en el sentido que exponía, el único cambio que de verdad se produce en esas digamos fiestas, el bienestar en dolor, la vida en muerte. Sólo gestos, códigos y ritos repetidos año tras año, festival tras festival, sólo liturgias cada día mas vacuas de las que nada cabe sentir en el fuero personal como llave de un nuevo conocimiento. Es posible que el público de tales hazañas sienta pavor, emoción, tensión, ante los lances presenciados una y otra vez y de sobra conocidos, como también el trueno puede asustar infinitamente al niño o el vértigo removerá nuestras tripas cada vez que nos asomemos a la ventana de un piso muy alto. Pero las descargas de adrenalina nada tienen que ver con el tránsito y el conocimiento, sí, sin embargo, con la perpetuación de los códigos más viejos, probablemente los menos nobles, del ser humano.



lunes, septiembre 07, 2015

CAFÉ ESPEJO : UN NUEVO POEMA PARA UN NUEVO LIBRO


No siempre resulta fácil encontrar el tono, los tonos, pero poco a poco han ido surgiendo los poemas que ya no tendrán que esperar mucho para convertirse en el libro que le debo a Leo y que llevará por título "33 Instantáneas". Quiero hablar de nuestra vida juntos, después de encontrarnos por fin en Barajas aquel Viernes Santo de 2009, quiero hablar de lo que fue el amor y de lo que fueron el dolor y la pérdida, construir ambos tiempos que a veces se entrecruzaron a partir de recuerdos específicos, de imágenes concretas en su mayor parte recogidas en fotografía.

He publicado algunos poemas en el Facebook, pero mi blog también se merecía alguna primicia. Allá va este CAFÉ ESPEJO para todos vosotros.

CAFÉ ESPEJO

                Para José Luis Serrano

Nacha Guevara actúa con Favero,
su pianista de siempre en el Teatro
Fernando Fernán Gómez de Madrid.

Desde los quince años yo la adoro,
a la Nacha de Noche que a caballo
va o en coche.
                         Y tú te la imaginas
como un loco personaje de la tele
con acento del Río de la Plata,
un cutis imposible y muchos años.
Entusiasmado, apruebas el proyecto
(aunque el sol de Castilla te da miedo
en este mes de julio -protección
total para tu piel de seda blanca-)
y sólo tu sonrisa vale el viaje.

Nos veremos allí con José Luis
y con Mikel, y tomaremos algo
después del espectáculo, una cena
improvisada y tres o cuatro copas.
Pero ahora estás tan guapo que te invito
a merendar primero en el Café
Espejo (quiero sentir tu mano,
comprobar sus latidos, su calor
después de tanto y tanto escalofrío)
y tú quieres como siempre alguna foto
bajo las viejas lámparas de lágrimas,
entre madera y mármol, con el niki
de punto blanco y gris y Octavio Aceves
de involuntario atrezzo allá en el fondo.

Un actor consumado, un escenario
de comedia de época, tu gesto
concentrado en quién sabe qué quimeras.
Tan frágil, tan hermoso, que ahora creo
que nunca como allí te quise tanto.

jueves, septiembre 03, 2015

REFUGIADOS



Alguien llama a tu puerta.

De manera apenas consciente te quitas las zapatillas para no hacer ruido al caminar, apagas la luz no vaya a ser que te delate al filtrase por las rendijas, bajas el volumen del televisor hasta ese límite en el que te permite escuchar tu telerrealidad favorita pero imposible de percibir fuera de la salita. Con cuidado te acomodas en tu sillón preferido y esperas. Un par de minutos y, de nuevo, el timbre. Tienes la sensación de escuchar una queja, un gemido, un llanto apagado, te levantas con calma y te acercas de puntillas por el pasillo hasta el recibidor. Pero nada, falsa alarma, o a lo mejor el gato de la vecina o algún crío en la calle, nada importante.

Han llamado por tercera vez, el toque ha sido un poco más nervioso, más apremiante. Tanto que te da un poco de miedo y te aproximas a la mirilla, solo para comprobar que no hay peligro, que no es necesario llamar a la policía.  Miras y al otro lado nada más que ojos, ojos que miran hacia la puerta cansados, aterrorizados. Resignados. Un nuevo golpe, que suena a decepción, a hartazgo, un golpe agotado. Regresas a tu sillón y a tu programa.

En la televisión la telerrealidad da paso a otra telerrealidad: familias que escapan de la guerra, de la tortura, de la muerte, familias que han visto quién sabe qué horrores o que han preferido no esperar a verlos, ríos de personas que llaman a todas las puertas aunque saben que serán mayoría las que nunca abrirán. Vas hasta la cocina y regresas con un bocata de jamón y una cerveza, no sabes bien por qué pero estas historias siempre te han dado hambre. Entre mordisco y mordisco te compadeces de la triste caravana y tu cabeza se pone cavilar. ¿Por qué tienen que enseñarnos estas imágenes de tan mal gusto a la hora de la cena? ¿por qué no se quedan en sus países? ¿por qué me molestan a mí y no llaman mejor a la puerta del vecino?

Se te hace tarde, recoges el plato y la lata, apagas el televisor y te vas a la cama. Hoy también dormirás a pierna suelta, tranquilo, escandalosamente tranquilo.

viernes, agosto 21, 2015

SONETO PARA ROMPESUELAS, TORO DE LA MASACRE DE LA VEGA 2015


Escribí un soneto para Vulcano en 2013, otro para Elegido en 2014. Una tradición de palabras luctuosas que tratan de contribuir desde esta habitación al fin de una fiesta salvaje, primitiva, infame amparada bajo el paraguas de una tradición que nada positivo dice ni de la tierra ni de las gentes que se empecinan en celebrar año tras año con sangre unas fiestas que ya nadie en el mundo comprende. Tordesillas, fiel a su propia vergüenza, asesinará este año a Rompesuelas, fiel a m  compromiso contra esta fiesta y contra otras en que no hay otro protagonista que el maltrato y la humillación a los animales compongo y difundo un soneto triste, inmensamente triste. Ojalá no tenga que escribir uno similar en el 2016.

SONETO PARA ROMPESUELAS, TORO DE LA MASACRE DE LA VEGA 2015

Que seas, Rompesuelas, rompelanzas
y que cierre tu muerte el largo duelo, 
que limpies de vergüenza el viejo cielo
castellano con risas y esperanzas.

Herido y humillado, pica y chanzas
de la turba -alma fría y rostro lelo-
de tu carne desgarrarán el velo
bravío y darán fin a tus andanzas.

Vuele tu sangre airada a Tordesillas
y marque los dinteles de las casas
con la señal de la ignominia eterna,

que se sequen su río y sus orillas,
que se dispersen sus violentas masas
y brote sólo olvido de su serna.

sábado, agosto 01, 2015

MOMENTOS ESTELARES: PSICÓPATA, 9 LETRAS, 14 PUNTOS.



Le gusta al Malvado Rukaegos intrigar y enredar por las sociales redes y los juegos en línea tanto como al diablo sin quehaceres matar moscas con el rabo. Llenas como andan de personajes peculiares, diversión, información, experiencias eróticofestivas emboscadas en cada esquina, dobles personalidades insólitas y aventuras sin fin.

Conoció en Caralibro Rukaegos al prefamoso tenor de Guinea-Papúa por nombre artístico Sinfoniatto d'Amore y residencia en La Almunia de Doña Godina. Después de un par de megustas puede que sinceros, media docena de palabras compartidas sobre quisicosas varias y un desafío lúdico, comenzaron su íntima relación a centenares de quilómetros como contrincantes en Apalabrados.

Está mal que el propio Rukaegos lo diga, pero no es malo del todo en el dichoso juego, aunque el fermoso rubio,  friki full time y en su día preproyecto de algo Iñaki del Sé y a su lado y a coro la simpar Belladonna Stiletto proclamen que ganan ciento sí, una no, ciento sí, una no, al titular de este blog. El caso es que d'Amore ni por casualidad ofrece los niveles galácticos de del Sé y de Stiletto, así que la relación lúdica comienza a deteriorarse por momentos y a cada nueva victoria o jugada en dos palabras Im Presionante de don Ruka.

El tenor es de mi bemol fácil: se cabrea, ea ea ea, se cabrea. Finiquita partidas y envía amenazas por whasapp al pérfido.

- No te quiero más neno malo, que no te dejas ganar.

-¿Neno?

-Y me haces muchos puntos y te odio muchísimo.

-¿Pero esto no es una competición? ¿Quieres que te haga trampas?

-Y eres un cerdo, y un asqueroso, y un prepotente, y un amargado, y un tramposo, y no me quieres

-Bueno, eso es verdad, no te quiero.

-Y te odio, te odio, te odio, te odio. Y bueno, te perdono.

-¿Me perdonas?

-Sí, aunque seas neno malo. Empieza partida.

Comienzan así varios angustiosos meses en los que la indignación lírica se sucede.

- Zuñirían (163 puntos)

-Que te vayas a la mierda, asqueroso, gañán, no juego. Bueno te perdono.

- Exhortar (124 puntos)

-Eres un fascista y un abusón y espero que el Estado Islámico te viole y luego te asesine. Te perdono. empieza.

- Jurista (79 puntos)

- MUÉRETE MALDITO MISERABLE, NO QUIERO VOLVER A VERTE EN MI VIDA, YO TE ADORO Y TÚ EN VEZ DE CORRESPONDER A MI AMOR ME MACHACAS. Vale, te perdono aunque seas un maldito miserable de mierda. Empieza partida.

-No quiero (Rukaegos se enfada después de meses de abuso verbal y partidas interrumpidas con airados insultos)

-¿Ves como eres un rencoroso y el odio te pudre por dentro?

-Pues sí.

- Pues que seas muy feliz con tu rencor putrefacto y tus amigos putrefactos y tus perros putrefactos (Gin a lo lejos: "Putrefacta la cacatúa de tu madre, so gil")

- Pues mira, pues mejor, pues me alegro.

El tenor d'Amore desapareció de pronto de la vida, las redes y los gadgets de Rukaegos. Pero inasequible al desaliento , nuestro malvado favorito continúa jugando al Apalabrados, en espera de un nuevo lance de amor, celos, odio y vendetta. Oh, yeah.


sábado, julio 18, 2015

MARICÓN PORQUE NO BOTO


Ha pasado este blog que también es vuestro por uno de sus silencios más largos. Prudencia, descanso, exámenes... son muchas las razones. Pero algún día tenía que regresar, y no deja de ser una pena que tenga que ser, una vez más, por la lgtbfobia enquistada en nuestra sociedad. 

Conozco a algunos integrantes de la Peña La Pera, y me consta que son buena gente, y para muestra ahí tienen retratada por Sane para El Diario Montañés su paella solidaria de este año. La Pera es una de esas peñas que se forman para dar vida a las fiestas locales, las de Santander en este caso, y a las que nunca me acercaré en esencia porque no soy de ruidos y multitudes y desde luego porque no pienso ir a echarme unas risas mientras torturan a un toro. 

Debo añadir a las dos razones antedichas, que me resultaría molesto, incómodo, humillante, desfilar por las calles de mi ciudad canturreando el manido "maricón el que no bote". Sobre todo, porque desentonaría en tan sofisticada coreografía, tan delicada letra, tan dulce música, permaneciendo quieto cuando digan que hay que botar, botando cuando digan que hay que pararse, arriba cuando pregonen abajo y abajo cuando corresponda ir arriba. Al fin y al cabo, como soy maricón tendré que realizar los gestos contrarios a los marcados por la tropa heteruzo-festiva a la que hoy como ayer le debe de parecer que ser como yo es lo peor que le puede ocurrir a una persona. Así se lo debieron de transmitir sus ancestros y así se lo comunican a sus hijos mientras vociferan por los desfiles de la fiesta, niños y mayores en plena horda verde, "maricóoooon el que se mueva va va va".

Tenéis razón, toda la razón: Soy un amargado que siempre está cabreado, al que le parece mal todo y que no sabe divertirse. Tenéis razón: estoy obsesionado viendo insultos y agresiones donde no los hay, hombre, si todos los de La Pera tienen muchísimos amigos gays y hasta a lo mejor alguno andaba saltando o no saltando, agachando y desagachando, en el maremoto verde. Es verdad: es una broma festiva y son miles de personas las que las gritan en sus fiestas locales de Gata a Finisterre y además de La Pera lo cantan otras peñas. También tenéis razón: no boto porque soy maricón, qué novedad, so listos.

Pero permitidme que siga pensando que unas fiestas en las que matan animales por pura diversión, unas fiestas en las que el alcalde me ataca en su pregón por preocuparme por cuestiones que a él le resbalan (como casi todas las importantes), unas fiestas en las que las peñas desfilan agrediéndome, de forma consciente o inconsciente, me resulten ajenas, cada vez más ajenas. Qué hartura de tradiciones populares divertidísimas, de costumbres populacheras, de gente que no sabe disfrutar sin hacer daño, qué hartura.






jueves, mayo 21, 2015

POR QUÉ PSOE




Hay una reflexión que tengo pendiente desde hace algunos meses. Supongo que en los tiempos que corren se pueda interpretar este post en clave electoral, aunque en realidad sea una lectura en clave personal la que guíe la escritura. No se trata, pues, de pedir el voto a nadie, ni siquiera de explicar o hacer explícito el mío, aunque de alguna manera esta segunda dimensión vaya implícita. Pero es frecuente que me pregunten qué hago yo en el PSOE, por qué no me voy, por qué no me fui en cierto momento en el que estuve francamente a punto. Así que allá vamos.

Nací en una familia tradicional, conservadora sin extremos, religiosa sin extremos. Así que no soy uno de esos que en el PSOE se autodenominan de pata negra y proclaman las varias generaciones de socialistas que corren por sus venas. Si bien es cierto que desde siempre me ha interesado la política, al PSOE llegué después de tiempo, de experiencias, de reconstrucción personal, desde la que fue mi primera aventura (de ella a lo mejor hay otro tiempo para hablar) y que fue la DC (anteriormente PDP) que nació de la desintegración de la UCD y que tuvo lugar cuando la DC era más demócrata cristiana que conservadora y hacía un fuerte énfasis en la justicia social, la dignidad personal, la sociedad como un gran pacto interpersonal. Llegué porque desde mis lecturas, vivencias, amistades, conversaciones, se fue gestando una construcción del mundo que se asentaba sobre valores que cada vez estaban más lejos de lo que conocemos como derecha y me hacían más cercano a una izquierda que en cierto modo también se estaba moviendo hacia ese punto de encuentro. Esos valores que para mí son esenciales tienen que ver con la defensa de la igualdad, entendida como ausencia de discriminación en el plano legal y por tanto con la apuesta por una sociedad diversa y dinámica, en continua transformación, por una sociedad que apuesta por el respeto y la dignidad de todos y cada uno de sus integrantes, pero también entendida como ausencia de obstáculos (supongo que para ser menos utópico habría que hablar de reducción de obstáculos) para que las personas puedan desarrollar en plenitud su plan de vida, sus opciones, sin que factores externos a su propio esfuerzo y decisión puedan frustrarlo. La defensa de los derechos humanos y de la dignidad de las personas, proclamados en tantos textos internacionales suscritos por España pero tantas veces olvidados y ninguneados en su profundo sentido, convertidos en mera palabrería. Valores como la solidaridad, la corresponsabilidad entre quienes formamos parte de un cuerpo social en sus diferentes escalas, local, nacional, internacional, y que obliga, me obliga, a abrir los ojos y a no permanecer indiferente.

Pues sí, al final estoy hablando de la afirmación contenida en la Constitución de 1978 de que España es un estado social y democrático de derecho. Ese modelo que está siendo descuartizado sin piedad por quienes curiosamente se autoerigen como garantes únicos de la norma fundamental y que están prostituyéndola al construir un sistema que poco tiene de democrático, casi nada de social y que hasta podría poner en cuestión el calitificativo de esto de derecho con normas con el gallardonazo o la ley mordaza que en el fondo sirven para dejar al ciudadano inerme ante los abusos y las desviaciones de poder.

En una concepción clásica, el partido, un partido, tendría que ser esa herramienta eficaz para transformar el mundo. Y en su momento entendí que era el PSOE esa herramienta útil para navegar hacia la concreción más alta posible de esos valores con los que esencialmente me identifico. Creo que lo ha sido, creo que el PSOE ha sido un activo importante en la transformación y mejora de la sociedad española, y que muchas de las mejores caras que nuestro país ha venido dibujando fueron pintadas con puños y rosas. 

No niego, por supuesto que no, la importancia de los movimientos sociales (y eso incluso en una sociedad tan desmovilizada y paciente como es la española) en esas transformaciones, no niego la participación activa de otros partidos (no voy a renunciar a dejar expresa mi simpatía por los esfuerzos y la claridad de IU en tantas cuestiones importantes, su trascendencia como conciencia crítica) y otras instituciones. Pero al final, supongo que al contrario de lo que ocurre en mi vida personal, y al menos hasta hoy, el PSOE aportaba un plus de posibilidad, quizás no fuera la izquierda perfecta, ni la utópica, ni siquiera la izquierda más izquierda, pero era la que incorporaba opciones de acceso al gobierno, la que se mostraba abierta al diálogo y la construcción, asumiendo incluso algunas renuncias dolorosas para poder superar obstáculos. Era, es, una izquierda posible y responsable.

A estas alturas ya habréis dicho algunos "¿Ves cómo seguís sin hacer autocrítica?". Aquí y en otros foros he hecho autocrítica, la he visto también en el partido, he visto cambios, lentos, como lentos son los elefantes, pero cambios firmes que hablan de reconocimiento de fallos y de propósito de enmienda. Pero no voy a quedarme en la flagelación permanente. De acuerdo, el partido adoleció y todavía adolece de democracia interna, es necesario consolidar procesos como los de las primarias y aumentar el peso y la vida de las agrupaciones, reducir el exceso de presidencialismo. De acuerdo, hay que ser más transparentes y hay que explicar las decisiones más y sobre todo mejor, hablando para una ciudadanía adulta perfectamente capacitada para entender y decidir. De acuerdo, hay que subir un poco la luz del foco utópico, del valorativo, del de los principios, y bajar un poco también el que apunta a lo pragmático. Sobre todo hay que tener claro que ya no soportamos más, tampoco los militantes y afiliados, la estafa de la corrupción en todos sus niveles y venga de quien venga y exigimos claridad y resolución.

Me temo, sin embargo, que en algunas cuestiones recientes y difíciles, sigo pensando más en responsabilidad que en traición o dejación, sigo empeñado (estos testarudos tauro, qué le vamos a hacer) en que se actuó buscando el bien común y el mal menor en una crisis global en que los depredadores habían puesto el ojo en un país que no había sido capaz de solucionar todavía algunas debilidades endémicas que le hacían frágil. Estoy seguro de que con el paso de cierto tiempo, habrá una revisión de ciertas decisiones y de cuáles fueron sus causas y consecuencias más objetiva, menos  pasional. En la que a lo mejor se me tiene que caer a mí la venda, pero en la que a lo mejor las que quedan maltrechas son algunas vendas ajenas.

A día de hoy, siempre desde una posición crítica y a pesar de muchas decepciones, sigo viendo en el PSOE la herramienta mejor, más solvente y más práctica para trabajar por la sociedad y los valores que me implican. Creo que es ese partido abierto, con vocación de mayoría, integrador en el que caben diversas formulaciones de la izquierda democrática pero también permite sentirse cómodos a quienes vienen desde otras sensibilidades igualitarias, sociales, democráticasd, garantistas, que desde otras sensibilidades fundacionales quieren una sociedad inclusiva, llena de oportunidades, que proteja a quienes más lo necesitan y habilite caminos para todos. transformando y removiendo.

En el PSOE tengo cerca a personas comprometidas que empeñan cada día tiempo, esfuerzo, vida en la construcción de esa sociedad, personas honestas y cercanas, que pisan suelo y que hablan el mismo idioma que se habla en la calle, atentas y eficaces, entre las que me siento cómodo.

Así que sí, concluyo en que desde mis posiciones personales, desde mi apreciación concreta, cuando regulo el fiel de la balanza y cargo los platos con los debes y los haberes, el PSOE sigue inclinándose en la dirección correcta.  Y por supuesto, el fiel lo regulo yo, la carga de los platos la decido yo, porque estoy hablando de mi compromiso y de mis decisiones, entiendo que igual de legítimas que las vuestras, que habéis situado platos y fieles en otras medidas y concluyendo de otra forma. Si llega un día en que lo que pienso, lo que creo y lo que siento se ven traicionados, no lo dudéis, ese día no estaré con el PSOE. Por el momento, sigo prefiriéndolo a otras opciones, sigo apostando por su modelo que es tan parecido al mío, sigo pensando, en los aspectos que me pesan, que otro PSOE es posible, pero que esa posibilidad solo puede darse empujando desde dentro.

sábado, mayo 16, 2015

AL FIN Y AL CABO... VIDA. Reflexiones ante el Día Internacional contra la Homofobia.



Desde 1965 hasta 1990 estuve enfermo, muy enfermo.

Resulta reveladora la mirada hacia el pasado, hacia esos 25 años oscuros en los que de alguna manera resultaba peligroso, pestilente, degenerado, asqueroso. Esos años en los que a pesar de todo fui feliz, qué le vamos a hacer, quizás porque tuve mucha suerte con mi familia, con mi colegio y mi instituto, con Reinosa, con cierta época histórica y cierto país, quizás también porque entonces ignoraba el daño que estaba recibiendo en lo más profundo de mi yo más íntimo, quizás porque era simplemente discreto además de cobarde y no me vi obligado a figurar en el centro de ninguna diana.

Yo lo supe siempre. Nunca estuve disponible para los ritos y fraternidades masculinas, nunca hice ascos a los juegos mixtos y nunca me avergoncé tampoco de ser uno de los pocos chicos que participaba en los tradicionales entretenimientos de las chicas. A veces he jugado con muñecas y fui afortunado por convivir con la moda de los Geyperman, esos muñequitos machorros que se convirtieron en mis amigos y que, no creo que hoy os sorprenda, hacía emparejarse unos con otros. Coleccionaba fotos, a escondidas, claro, de los chicos a la moda que de alguna manera sabía que no podía pegar en mi carpeta. Allí estaban, procedentes del Hola y de otras revistas, Starsky y Hutch, Leif Garret, Chris Atkins, Willie Aames (vale, me volvían loco los rubios) y tantos otros. También era rubio el compañero del colegio, del instituto, de la pandilla, que me hacía poner muy nervioso cuando sonreía y que nunca supo, o eso creo, que me hacía flotar.

Alrededor, cómo no, las lágrimas. Las primeras que recuerdo, como si fuera hoy, las de esa noche, con 12 años, que me pasé en vela llorando y rezando, diciéndole a dios que no quería ser así, que yo quería que me gustaran las chicas como a todos. Esa noche que se fue repitiendo a diversos intervalos a medida que el tiempo avanzaba y lo que estaba claro se volvía aún más claro. Y que rozó la locura cuando a los 18 tuve mi primer encuentro furtivo con un tío, en su coche, en un bosquecillo cercano a Reinosa, del que nunca supe su nombre y a quien siempre agradeceré que fuera cuidadoso, delicado, que se preocupara por lo que yo pudiera estar experimentando. El regreso a casa fue tremendo, me sentía sucio y me sentí así mucho tiempo, pensé seriamente en quitarme de en medio, tuve tanto miedo, tanta vergüenza, que tardé cuatro años en tener una segunda experiencia en la que casi volvió a ocurrir lo mismo.

Al fin y al cabo yo era esa cosa sucia que se llamaban en el patio, en la calle, en la tele, en los partidos cuando querían humillar, aplastar, deshumanizar: maricón, pipa, loca, tenaza. Al fin y al cabo yo era, aunque nadie lo supiera, uno de esos personajes ridículos, grotescos, infrahumanos de los que se burlaban los chistes, la televisión, el cine. Yo era uno de esos bichos extraños que había visto en los libros en los que había buscado información y ayuda (¡a quién se le ocurre buscar esa ayuda en los libros de López Ibor, pero eso es lo que había en la biblioteca!). ¿Quién iba a querer ser eso?

Claro que fui afortunado. Nunca fui ese objeto de violencia o de burla, creo que nadie o casi nadie sospechó quién era, viví en mi burbuja, en mi miedo, en la seguridad de la mentira. Todavía hoy me duele pensar que mi padre murió sin saber quién era yo de verdad, que mis amigos lo fueron de alguien a quien no conocían y en quien hoy a duras penas me reconozco. Pero viví seguro, lejos de los tiempos en que podías morir por ser homosexual, lejos de la posibilidad de un centro de internamiento y reeducación (no tan lejos), lejos de la consideración de delincuente (no tan lejos). Solo fue un dolor pequeño, insignificante si lo comparamos con lo que todavía hoy tantos hombres y mujeres padecen en su tremenda realidad.

Al fin y al cabo, vida. Al fin y al cabo las lágrimas, el corazón roto, la vergüenza, el miedo, fueron los que me dieron una fuerza que desconocía cuando un día me volví loco y pegué la patada definitiva en la puerta del armario. Fue por amor, por desamor más bien. Culpa de un tal ... de cuyo nombre no quiero acordarme. Ese el momento en el que algo dijo dentro de mí que no podía más y que me hizo responder que sí cuando Javi, el buenazo de Javipapi, me pidió ayuda para organizar un ciclo de cine para ALEGA, el colectivo de lesbianas y gays de Cantabria. De pronto comencé, con 35 años, a ser adolescente, a vivir esa adolescencia que me había negado, que me habían robado, a sonrojarme cuando me miraba un chico y a decir a veces que sí cuando rompía la timidez y era capaz de dar un paso hacia el rollete buscando el amor de los quince. Aprendí poco a poco que no pasaba nada, que no tenía por qué pasar nada, si ibas de la mano con tu chico por Santander, o en un autobús, que podías abrazarte a él, besarle, incluso en un pub del heteromundo o en un taxi, que podías escribir poemas de amor en los que de pronto todo quedaba claro. Aprendí lo que era querer sin que te quisieran y gracias a Lander primero y sobre todo a Leo, a mi Leo, aprendí que hasta era posible que alguien te quisiera de vuelta. Aprendí a perderles y a recuperarme del golpe con la dignidad más o menos intacta y el corazón casi entero. Aprendí en fin a estar solo, sin ansiedad, sin miedo ya a ser el marica viejo que algún día seré, porque también aprendí a pelear, a luchar, a dar la cara, a levantar los ojos y la frente, a preocuparme por la dignidad, la libertad, la visibilidad, los derechos de todas y de todos. Hasta a veces quiero pensar que en esta vieja Cantabria puse algún granito de arena, puede contribuir un poquito a que tantas cosas cambiaran, a que la España de nuestros dolores fuera hoy, a pesar de tantas cosas, más habitable que otras partes del mundo.

Se me ocurre esta noche, en vísperas del 17 de mayo, que al fin y al cabo eso es la vida: caer y levantarte, romperte y pegar los añicos, llorar y reír, amar y echar de menos. Eso es la vida, levantarte por las mañanas y mirarte al espejo sin sentir demasiada vergüenza sabiendo que has aprendido a ser exactamente quien eres, y que has sido capaz de luchar para imponer tu realidad y exigir su respeto. Quién sabe si hubiera encontrado la fuerza necesaria de no haber pasado por los años oscuros, por el auto-odio, por el terror a ser el que de verdad era. Quién sabe su hubiera podido hablar abiertamente con mis alumnos y alumnas del Altamira, si hubiera podido amarlos como los amé, gozarlos como los gocé. En ese sueño de que a lo mejor después de haber conseguido quererme un poquito y hasta estar orgulloso (espera, que eso no toca hasta junio) de lo que he construido curándome no de la homosexualidad sino de la homofobia. Ese sueño de que tal vez mis amigos, la gente a la que quiero, la gente que me importa, quién sabe, después de tanto tiempo me perdonarán la falsedad de entonces, seguirán a mi lado y hasta compartirán, quién sabe, un poquito, mi tacita de orgullo.

*Gracias a los estudiantes del IES Jesús María de Málaga, he robado la imagen de la exposición que hicieron para recordar un 17 de marzo, llena de carteles e imágenes rotundas y memorables, como podéis apreciar en este video maravilloso.

https://www.youtube.com/watch?t=79&v=4Xg8_8-apk8

jueves, mayo 14, 2015

UN AÑO DE AMOR (CARTA DE GELO PARA SOS SETTER)


A mí no me gusta escribir en el ordenador porque tengo tantas ganas de vivir, dormir y comer que no tengo tiempo para tonterías. Pero hoy el Gafapasta se ha olvidado el portátil y la Poligonera está roncando como una marmota, así que voy a aprovechar para escribir una carta que tenía pendiente.

¿Os gusta la foto? A mí me encanta, es la de mi tercer nacimiento. Porque yo he nacido tres veces. La primera, de una mamá setter muy guapa, muy calentita y confortable, llena de leche y con una lengua amorosa. Tenía muchos hermanitos setter también. Pero cuando era muy chiquitín me apartaron de esa mamá para enseñarme a cazar. Viví mucho tiempo, seis años, como perro cazador. Lo hice bien, lo mejor que supe, porque siempre he querido que mis jefes estuvieran contentos conmigo, pero a pesar de eso un día me dejaron abandonado, desconcertado, en los huesos, en un sitio oscuro y triste que se llama CECAPA. Es un sitio que pagan todos los ciudadanos de muchos ayuntamientos para que la gente deje allí a sus mascotas cuando ya no las quiere como si fueran trastos viejos, o para que la policía lleve a los pobres animales que se encuentra perdidos o abandonados por la calle. Todos están asustados, nerviosos, todos echan de menos sus casas, aunque fueran malas, y todos tienen un miedo terrible a realizar La Última Excursión. Porque si llevas mucho tiempo en la jaula, te sacan un día y te llevan a ese viaje terrible y ya no vuelves. 

Pero yo tuve suerte, nací una segunda vez. Vinieron las hadas de SOS Setter, no recuerdo si fue Berto, si fue Sonia, si fue Goiz el primer rostro amable que vi desde los barrotes. Sé que dijo "Tiene cara de ángel, te vas a llamar Angelo". Y me sacaron de allí después de pagar, porque a los que te quieren matar no les piden dinero, pero a los que quieren salvarte sí. Cosas de los negocios y de ciertos políticos que no quieren darse cuenta de que es imprescindible implantar la política de Sacrificio Cero en las perreras, en neolengua "centros de recogida de animales". Así empezó un tiempo estupendo, conocí a muchos setters abandonados y salvados, y me prometieron que harían lo posible para encontrarme una buena familia. Familia sonaba bien, mejor que cazador y que perrera, pero no estaba seguro de que fuera una idea inteligente alejarme de allí. Así que también me porté muy bien por si acaso preferían que me quedara con ellos.

En la foto volví a nacer. Un día me dijeron "¿Sabes que ya tienes familia, Gelete? Vas a conocer a un Gafapasta raruno y a una setter picarona que también pasó por aquí hace unos años". Yo me puse muy nervioso pero estaba dispuesto a seguir siendo un buen perro pasara lo que pasara, así que subí al coche con Maybe, una perrina mayor que ya encontró también familia, porque el Gafapasta quería conocerla, y fuimos a un parque de una ciudad que se llama Santander y que no se entera de que hay que poner vallas en los espacios para perros, por seguridad, y prefiere no enterarse de lo que pasa en la perrera y no quiere ni oír hablar del Sacrificio Cero. Pero donde vive mucha gente estupenda. El Gafapasta me hizo unas caricias y me prometió que iba a estar bien con él, la poligonera Gin, que es escritora y tiene un blog, me prometió que me iba a poner verde todos los días pero que cuando la gente no mirara iba a jugar conmigo y a compartir la comida y a enseñarme a volver locas a dos gatas absurdas. Así que me fui con ellos, era mayo, era 2014, era ... una tarde maravillosa.

¡Cómo ha cambiado el mundo este año! Me encanta la comida y ahora hasta dejo algo en el plato porque sé que todos los días habrá algo rico para mí. Me encanta la cama, para estar cerquita del Gafapasta y de Gin y hasta de las gatas. Me encanta patear las calles con esa alegría sandunguera que me caracteriza porque sé que le caigo muy bien a la gente y todos los días alguien me dice que soy muy guapo y me hace caricias. Soy feliz cuando paso por delante del Mesón Salamanca y Fran me saca una tapa, o tumbarme al sol en la terraza del Siboney. Me vuelvo loco cuando el Gafapasta me deja correr libre por la playa o por el parque y se me pone cara de tonto de pura vida. Me da tranquilidad poner la cabezota encima del jefe para que no se olvide de que necesito muchos mimos ahora porque antes no tuve. Me divierto jugando con Gin, intentando robarle los juguetes y las golochuches, aunque al final siempre se queda ella con mis juguetes y con mis golos, porque es un poco bruja. Me encanta ser Gelo, el setter moñas, el de en medio de Los Pecos, el setter feliz.

Así que quiero dar las gracias a SOS Setter, con besotes muy fuertes y lametones muy intensos. Quiero dar las gracias a las gatas Anabotella y Tiberio, a la loca de Gin que me da golpecitos cariñosos de hocico a hocico, al Gafapasta que .... , a toda la gente buena que tiene tiempo para una carantoña. Porque he aprendido este año a vivir de verdad, a vivir con intensidad, a disfrutar de una familia que me quiere. Así que sigo siendo un buen chico y me porto bien ... la mayoría de las veces. Porque ahora puedo hacer alguna trastada sin que pase nada. Porque voy por la calle con la cabezota alta para que me llamen chulo, guapo, perrolindo, mientras dejo al aire este pelazo saludable y espectacular. Porque mucho alcalde, mucho alcalde, pero para pelazo y guaperío los de Gelo Melenas, el terror de las nenas. 

Os quiero a todos. Hasta al miserable del cafrecazador que me abandonó. Porque gracias a su despreciable gesto, por fin descubrí que había otro mundo, y que este sí merecía la pena.

martes, mayo 12, 2015

1978 Y YO



Entre las principales novedades y novedades a medias del panorama político, no deja de ser este un tiempo peculiar, en el que la mera presencia de los nuevos ya parece ser suficiente para la escucha de nuevos mantras y los disparates asociados a quienes tienen demasiados micrófonos cerca para hablar y demasiado poco tiempo para pensar. Discursos recurrentes están siendo el de "no soy de izquierdas ni de derechas", seguido de bonitas fintas para evitar responder a cualquier pregunta con contenidos ideológicos que concluyen en un guiso tipo macedonia en el que llevo de todo y no soy nada; también el de todos son iguales menos nosotros que representamos al ciudadano normal, suponiendo que exista en algún lugar del solar patrio tal ente peculiar y abstracto; otro más, tú cállate que eres casta y corrupto, mientras que yo soy virginal y llevo hasta prelavado en tres programas porque como nunca he gobernado nunca he tenido la oportunidad de hacerlo mal (tampoco de hacerlo bien y, ojo, que aun así las trastiendas por ahí andan).

Pero por encima de todo, el complejo de Adán: Yo invento el mundo cada día, yo invento la democracia cada día, puesto que soy joven y fresco y a lo mejor ni siquiera sacaba buenas notas en historia.

En la carrera del adanismo circundante, nos cuenta Albert Rivera que no cabe regeneración democrática alguna con personas nacidas antes del 78, que solo sirven los nacidos en democracia. En un discurso que me toca bastante las narices no porque sea una chorrada descomunal, ni siquiera porque sea profundamente injusta para quienes se dejaron piel y vida en la lucha por esa democracia de la que sí disfrutaron los nacidos después (otros adanismos negarían que haya disfrutado la democracia nadie, pero de esos creo que hablaré un poco mañana), sino por puro egoísmo cochino y envidia de las lozanas juventudes. Sí, lo confieso con horror, soy más viejo que la constitución, nací en el Mediterr... no, nada de Mediterráneos, que nací a la vera del Cantábrico, a ver, que me lío, nací en el 65.

Aunque en realidad no sea necesario precisar tanto. Simplemente me encuentro en ese gran grupo de personas nacidas en España antes del 78. En realidad si vamos a sacrificar en el altar de Kali a los nacidos en el 77, creo que Rivera debería ser más exacto y considerar igualmente perversos a los nacidos en el 78, ya que el referéndum tuvo lugar en diciembre y por tanto los setenteayocheros tampoco nacieron bajo el luminoso sol de la democracia rediviva).

La sociedad de consumo lleva mucho tiempo explicándonos que para que el mundo pueda vivir, para que cierto mundo pueda vivir, no debemos exigir durabilidad a los objetos: si el televisor se rompe, te compras otro, porque lo tienen de oferta y porque como no fabrican piezas de tu modelo viejo te va a resultar más caro reparar que renovar. Y ni punto de comparación, oiga, que el nuevo vendrá con un nosequégadget maravilloso integrado de serie. En paralelo, se ha instalado un discurso muy básico que se limita a decir "nuevo bueno, viejo malo" y que celebra como si fueran verdades teologales esas ideas de la generación mejor preparada de la historia (bueno, puede, a lo mejor, es que yo ando mucho por la calle, en unas cosas  sí en otras no y en algunas depende), elude toda referencia a la experiencia y la preparación (como si fuera suficiente haber estado de Erasmus en Derecho en Nápoles para tener mucha mejor mirada jurídica que las momias del Tribunal Supremo).

El caso es que todos estaremos de acuerdo en que los jóvenes son más jóvenes que los que no lo son, incluso puede que en general más guapos (con permiso de algunos guapérrimos nacidos antes del 78) y mucho más depilados. En todo lo demás, lamento decir que tener menos años no garantiza ser mejor, no garantiza hacerlo mejor, no garantiza ser un profesional más asentado, ni más original, ni más fresco, ni más honesto. De hecho, a veces tener más años (que tampoco garantiza nada, oigan), sirve al menos para tener algunas buenas credenciales y en algunos casos para merecer mucho respeto, por una vida de sacrificios, de lucha, de compromisos, por labores transformadoras que permitieron que la sociedad avanzara en buenas direcciones, y que, los adanes no se lo van a creer, se realizaron sin mácula y muchas veces, creo que la mayoría, sin siquiera recompensas inmediatas para ese esfuerzo (los cambios sociales son muy del gusto de Maricospi, siempre satisfacen en diferido).

Lo siento, señor Rivera, no me voy a sentir culpable de nada por haber nacido antes que usted. Nacer en 1965 tiene tanto de casualidad como haberlo hecho en 1979 (vaya ojo que ha tenido usted para elegir la generación fetén, eh. Ups, perdone por haber utilizado una palabra tan viejuna como fetén, pero seguro que usted, tan limpiuco y preparado, la traduce pronto). De hecho, no veo nada malo en haber jugado con los Geyperman durante la dictadura, nada malo en haber disfrutado de mi primer libro, de mis primeros amigos, de mi colegio, de mi familia, de las posibilidades maravillosas que Reinosa le ofrecía a una infancia feliz, no creo que haber descubierto a Astérix a tiempo real me convierta en ningún tipo de villano conocido. Tampoco entiendo qué hace que no pueda contribuir, seguir contribuyendo, al bienestar social, a la transformación de la sociedad, a todas las regeneraciones de todo lo que sea necesario, el hecho de estar cursando octavo de EGB cuando se aprobó la Constitución, ni siquiera el hecho de haberme hecho por aquellos meses preconstitucionales mis primeras pajas y haber fumado mi primer y casi último cigarrillo.

En fin, que si tiene usted, entre otros, problemas de gerontofobia, se los cura y todos tan tranquilos, que no tengo yo ya edad para irme a campos de reeducación para viejunos predemocrático-corruptos irregenerables por las áridas estepas -polvo, sudor y hierro- castellanas.

miércoles, abril 29, 2015

CARMEN URIARTE: RETRATO PERSONAL DE UNA MUJER IMPRESCINDIBLE


De aquellos terribles días del otoño de 2010 creo que voy a tener siempre una memoria precisa y una gratitud grande. Recuerdo por ejemplo que aquel tipo desnortado, incapaz, estupefacto en el que me había convertido llamó por teléfono a Carmen Uriarte para darle la noticia de que Leo había muerto, y le preguntaba si podía hablar con Alberto Pico y con las monjas del Pesquero para poder celebrar allí un rito en su memoria. Frente a mi parálisis, en menos de media hora Carmen se había arreglado para salir a la calle, había hablado con monjas y cura y tenía todo, absolutamente todo listo y me preguntaba a dónde tenía que ir de inmediato para encontrarse conmigo y llorar conmigo.Y es que si Carmen tiene algún defecto es el de vivir con un corazón demasiado grande, demasiado generoso.

La había conocido hacía algunos años, a poco de afiliarme al PSOE de Cantabria. Para los amigos que al final me habían convencido para incorporarme al partido, Carmen, como Ángela, como Clarita, era toda una institución. Hablar de ellas era hablar con cariño, admiración y respeto de mujeres luchadoras, comprometidas con las que siempre se podía contar. Y es que Carmen siempre estaba allí, allí cuando se torcían las cosas y había que echar un par de juramentos, allí cuando queríamos celebrar nuestra amistad, nuestro camino en común y algunas pequeñas victorias, estaba en las manifestaciones y en los duelos, estaba en la calle, en la organización de la estrategia. Sin renunciar nunca a estar también en la cocina, en la casa, en la familia, un poco como esa Teresa de Ávila que tenía tiempo también para tropezarse a Dios entre los pucheros.

Carmen es pura energía y pura bondad. Una mujer que tiene como principal orgullo y patrimonio el de ser hija y nieta de pescadores, el de ser una mujer de origen humilde y convicciones firmes y elevadas. El de ser esa luchadora que se marchó con Silvio a Alemania para buscar un futuro mejor, un trabajo mejor, y allí estuvo en asociaciones de inmigrantes españoles y trabajando en una fábrica siderúrgica. Cuando regresaron a España, a su Santander marinera, a su Barrio Pesquero, se echó a la calle con un compromiso total con el incipiente movimiento vecinal, y desde la Asociación de Vecinos de Los Arenales trabajó para ayudar a la gente, para mejorar las condiciones de esa zona llena de gente humilde y trabajadora que entonces era el Finisterre de la ciudad, y así ha estado, sin renunciar nunca a sus principios, sin humillarse nunca ni claudicar ante los poderosos, sin dejarse comprar, sabedora de que lo único que tenía para vender era su dignidad y no había precio que  pudiera pagarla. 

En estos días en que dicen que las ideologías no sirven, me reconforta saber que en las listas del PSOE para el ayuntamiento de Santander va como número cuatro una mujer de izquierdas, de esas izquierdas mamadas a golpe de vida y cocinadas a fuego de corazón, desde esa fe profunda en la igualdad, en la dignidad, en la solidaridad, en el compromiso por las personas y la rabia contra aquellos que no creen en nada que no sean su poder, sus intereses y sus bolsillos estén donde estén. En estos días en los que se crea tanta confusión sobre castas y descastadas, pensar en que puede llegar al ayuntamiento Carmen Uriarte, desde la calle, desde el esfuerzo cotidiano año tras año, llevando la voz de los trabajadores y de las trabajadoras, de las mujeres, de los vecinos, hace que me renazcan ilusiones adormecidas.

Carmen es fuerte, transparente, incendiaria a veces, acogedora otras. Sé que hará cuando llegue al ayuntamiento lo que siempre ha hecho, darlo todo. Y esa seguridad me hace pensar en lo distinto que sería todo con menos zánganos y más Mariuris en la política, en las instituciones.

Creo que era Bertold Brecht el que escribió aquello de que "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles". Creo también que si el poeta hubiera conocido a Carmen Uriarte, habría terminado diciendo "Hay mujeres que luchan toda la vida, esas son las imprescindibles". 

Sí, claro que sí, claro que no albergo la menor duda: Carmen Uriarte sí me representa. 

viernes, abril 24, 2015

A VUELTAS CON EL CULO CONCEPTUAL


CULO CONCEPTUAL  (loc.sust.masc.) : Dícese de la obsesión que por mostrar culos al aire pajarero o, por extensión, otras desnudeces obvias padecen algunos artistas, especialmente actores y performers en el extraño convencimiento de que a estas alturas de la película sus carnes o las carnes de sus creaciones pueden resultar escandalosas en vez de aburridas y gratuitas.

Divertido y exacto esta idea del culo conceptual que me descubrió hace ya tiempo la pintora Gloria Pereda, de cuyo círculo de artistas chiflados procedía. Y ciertamente la publicidad, el cine, la televisión, la literatura, las bellas artes, han llegado a un punto en que sin un culo turgente y expuesto parecen no ser nada. No me entiendan mal, las traídas y llevadas exigencias del guion están ahí, las pelis porno están ahí, y algunos culos estéticamente impecables están igualmente ahí y se agradece su disposición a desnudarse. Pero no es menos cierto que a uno, que no es precisamente mojigato, a veces le cansan.

Distinto de las artes y de cualquier otro universo parece el mundo de la política, tan acostumbrado quizás a la falta de transparencia, a la hipocresía, a la doble moral y el doble discurso que se escandaliza con mohines de ursulina decimonónica ante un culo pero ni siquiera tuerce el gesto ante despilfarros, corrupciones y desafueros varios. Y como no podía ser de otra forma, se ha organizado un pequeño guirigay en red con las expuestas, muy expuestas, fotos del candidato por el PSOE a la alcaldía de Meruelo, en las que se puede apreciar casi casi todo. Acompañada la puesta en común de las carnes de un lenguaje corporal y verbal agresivo en el que se reclama transparencia y se señala, imagino que al alcalde actual, con un seco "Sabes que soy mejor que tú".

El efecto buscado está en alguna manera conseguido. Frente a campañas tradicionales en las que la candidatura del PSOE de Meruelo ha pasado totalmente desapercibida, hasta el punto de que algunos vecinos habían afirmado que ni siquiera se habían enterado de que hubiera presentado lista, hoy anda en boca de mucha gente fuera de Meruelo y seguro que de toda allí. El PSOE se ha apresurado a exigir la retirada de los carteles, eso sí, aclarando que ni fue consultado ni consintió la dura publicidad. Sí, bueno, pero...

1. En un entorno en el que el acceso a los medios, incluso a los espacios legalmente garantizados por la legislación resulta imposible ¿es ilegítimo forzar la visibilidad pública a partir de mensajes y técnicas heterodoxas?

2. En un país en el que los medios públicos y privados, los comportamientos sociales medios, premian al gañán y a la choni ¿de verdad pensamos que las mejores vías para comunicarse con los votantes son la sutileza, la elegancia y las bonitas metáforas gongorinas?

3. Si el desnudo del candidato por Meruelo hubiera sido más o menos como el de Albert Rivera hace unos años o, mejor, hubiera recordado a mi idolatrado James Franco (un culo conceptual bastante acostumbrado) ¿hubieran sido idénticas las reacciones? Al menos no lo recuerdo así. Así que ¿nos molesta que sea una campaña zafia o que el candidato no sea un chulazo con cuerpo 10?

4. Cierto, no vale todo para la política, tampoco para el resto de las dimensiones de la acción humana. Pero ¿no resulta una moralina un poco casposa ya la que recrimina así un acto que no tiene más víctimas en todo caso que el posible éxito o fracaso de su protagonista? ¿somos una sociedad adulta o nos falta tanto como parece?

En fin. No me gusta la campaña en cuestión, no tanto por el desnudo como por la agresividad, y creo que hubiera ganado con una pose más serena, un paño púdico sobre las partes mejor que una rosa, y un sereno lema tipo "Nosotros no tenemos nada que ocultar" o "Apostando por la transparencia total". Pero desde luego, no me convencen tampoco la mayor parte de los comentarios escuchados. De hecho, veo el cartel y pienso más en cuestiones como cuántos tabúes nos quedan por desmontar, qué hipocresía esa que solo admite los desnudos considerados socialmente estéticos y se indigna ante los cuerpos reales. Hasta pienso en lo cansada que tendrá que estar una persona de los malos hábitos, lo decepcionada ante los nulos resultados del trabajo del día a día, como para arriesgarse tanto.

Humo sobre humo, a estas alturas está según creo dada la orden de retirar los carteles, está también consagrada su presencia hasta el infinito en las redes, y de alguna manera, está conseguida la notoriedad que el candidato esperaba, seguramente más allá de sus expectativas y deseos. Así son los descontroles de frenada. Pero hay que reconocer que nos ha dado un tema de conversación mucho más entretenido, mucho más divertido y mucho más estético que lo verdaderamente obsceno de estos días, no sé Rodrigo Rato o el comportamiento de Europa ante la catástrofe humanitaria que llega desde el sur cada día. Eso sí que es de verdad pornografía y no un culo más o menos.

lunes, abril 20, 2015

"YO NO ESTOY INAUGURANDO". VILLANCICO EN ESCALERA AL MODO CANCIONERIL


Los tiempos preelectorales suelen traernos jugosas imágenes, y mi amiga La Rulos no quiso dejar pasar la oportunidad de celebrar cómo el alcalde de Santander no inauguraba nuevas escaleras mecánicas que se pusieron en funcionamiento, pasado ese 30 de marzo tras el cual está prohibido hacer inauguraciones, cuando él casualmente pasaba por allí acompañado de fotógrafos y se tropezó con una espontánea fiesta popular en la que los hosteleros de la zona ofrecían una improvisada olla ferroviaria. Vamos, lo normal. 

YO NO ESTOY INAUGURANDO

Que calle la oposición,
que anda siempre molestando:
Yo no estoy inaugurando.

Dulce portador de niños,
gran receptor de cariños,
si subo las escaleras
ya luego las voy bajando 
entre aplausos y banderas.
Y no estoy inaugurando.

Disfruto de buenas ollas
con patatas y cebollas
y las riego con buen vino
al gentío convidando.
Decid si no es desatino 
pensar que ando inaugurando.

Pasé por casualidad
por medio de mi heredad
y me encontré cien vecinas
que allí estaban comprobando
con la compra y las sardinas
que no estaba inaugurando.

Y un fotógrafo oportuno
(no fue, juro, de consuno)
difundió fotos preciosas
del buen alcalde abrazando
a las dueñas más donosas
sin estar inaugurando.

Desde la serna al portazgo
protejo mi mayorazgo
con sonrisa en almoneda,
que pronto estaréis votando
quién con la vara se queda.
Y no estoy inaugurando.

Así que callad, rabiosos,
que fue el azar paseando.
Yo no estoy inaugurando.

viernes, abril 17, 2015

DE TALLAS Y AUSENCIAS. POR EJEMPLO...


Yo no sé si los vaticinios de Íñigo de la Serna en la televisión acerca de la pérdida de concejales que sufriría el PSOE en Santander son la respuesta a datos que pueda estar manejando, a impresiones personales, a estrategias electoralistas, a nervios... No sé tampoco si son comentarios que competan a un alcalde en ejercicio que probablemente sea experto sociólogo como todólogo experto que es. Pero sí sé que me han parecido improcedentes las acotaciones en las que acusa al PSOE santanderino de inexistencia, de incomparecencia, esa arrogancia con la que afirma sin mover el pelazo que aquí no hay un segundo partido.

Es cierto, a qué serviría negarlo, que el PSOE estuvo mucho tiempo perdido en quisicosas internas, y que seguramente perdió así el pulso de la realidad o de parte de ella. También es cierto que los concejales y concejalas del partido han trabajado, han estado comprometidos con el bienestar de los vecinos, han hecho en un territorio difícil cuanto ha estado en su mano. Y precisamente por eso me parece injusta la sobrada de un alcalde que a mi modo de ver tiene formas y fondos escasamente demócratas, al frente de un equipo de fondos y formas escasamente demócratas. Me explico, hablamos de uno de esos gobiernos municipales que tratan de hurtar la información pública a la oposición, que impiden día a día con chapuzas y modos de acoso escolar su trabajo, que se mueven para que los medios de comunicación ignoren mociones y propuestas o si no queda otro remedio incluyan la respuesta del señorito y su equipo antes de publicar la acción de la oposición. Estoy convencido de que en el PSOE habría sido importante buscar estrategias de comunicación creativas, rompedoras, que hubieran permitido minimizar estas redes de mutuo interés, estoy convencido de que tendrían que haber pisado mucha más calle y compensar así la escasa presencia mediática. Pero me temo que ni con esas se habría podido contrarrestar no el peso político sino más bien la maquinaria de intereses y los comportamientos sicilianos a los que por desgracia nos hemos acostumbrado.

Pero ya que estamos... 

¿De verdad le parece a don Íñigo que la oposición es un ente ausente en Santander? Juego a la grande. La oposición ¿exactamente a qué? Quizás tendríamos que conocer primero cuáles son las decisiones políticas, estratégicas, de un gobierno que ha ido de escalera mecánica en escalera mecánica a salto de mata y que en general ha optado por callar, por estar ausente, de todos los debates de fondo. ¿Acaso no les hemos escuchado presentarse como víctimas a ellos cuando la tragedia del Cabildo o el incendio de Tetuán? ¿no hemos presenciado como sacaban el balón fuera del campo para realizar declaraciones tan comprometidas como "yo lo que diga la ley" o negar la mayor y afirmar frente a todos los datos que "en Santander no hay niños que pasen hambre"? En realidad parece que hemos tenido un gobierno de esos que no son de izquierdas ni de derechas, adelantándose a la moda actual. Ya, ya sé, ya sé que es el PP, y el PP de Santander. Vamos, que más de derechas que nadie. Pero ¿tiene usted alguna declaración política de calado que así lo demuestre? El alcalde obra y hace obras, sonríe, improvisa por arriba y tantea a su interés por debajo, pero va a ser difícil escucharle un solo compromiso ideológico. El silencio como programa, el silencio de un alcalde que no da la talla en una sociedad que tampoco parece muy inclinada a darla.

Pongo un ejemplo, trivial seguramente, que me importará solo a mí que soy un rato raro y maniático. Pero acabo de ver una preciosa campaña escocesa sobre el bullying homofóbico y el silencio y me han venido conexiones extrañas a la cabeza.

El ayuntamiento de Santander recibió, como tantos otros dentro y fuera de Cantabria, año tras año la solicitud de que colocara la bandera del arcoiris en su balcón por el 28 de junio, recibió también en muchas ocasiones documentos contra la lgtbfobia, compromisos de lucha contra la misma, cartas de apoyo a la igualdad de derechos y a la dignidad de los ciudadanos y ciudadanas lgtb. Ni el más mínimo gesto de la esfinge, ni el más mínimo movimiento, la más mínima empatía. Me dijo hace años un amigo común "No me irás a venir ahora con que el alcalde tiene algún problema con los gays, ¿no?". Creo que le sorprendió mi respuesta, "no he dicho eso, no pienso eso, como tampoco digo ni pienso lo contrario. Lo único que tengo claro es que si alguna vez hay una agresión en Santander, si alguna vez hay que volver en España a las trincheras para defender el terreno ganado, Íñigo de la Serna no estará allí con nosotros, porque nunca ha sido capaz de balbucear una sola palabra de compromiso". Y no descarto que en algún momento las diga, será cuando las hayan dicho ya por delante todos, será cuando quede bonito y no suponga ni posición ni riesgo sino lugar común. Y entonces ya no valdrá nada. De hecho, creo que ya no vale nada si por alguna extraña razón el próximo 13 de mayo se le ocurre hablar de lgtbfobia (lo dudo) o en junio tiene la responsabilidad de actuar el 28 de junio (espero que tengan de una vez que tomar la decisión otros, por difícil que sea).

Puede que sea miedo a la reacción de sus votantes más rancios, puede que sea de esos que ve Santander como una ciudad decimonónica y es incapaz de quererla de verdad concediéndole otros méritos y otras virtudes que sin duda tiene más allá de su tópico inmovilismo. Puede que simplemente le importe un bledo la situación de las personas lgtb o piense que no aporta nada para el convento. Pero lo evidente es que en este caso, como en muchos otros, ni palabra mala ni obra buena. O lo que es lo mismo, un representante principal de la acción política al que la política viene grande, un gobernante que ni sabe ni quiere saber de ideas, principios, compromisos o valores, porque lo que de verdad le interesa está en otras partes.Y para eso, mucho mejor callado.

Me presta, que dirían mis amigos asturianos, compartir con vosotros el video escocés sobre el acoso y el silencio. Un video que si da la talla haciendo política y trabajando por un mundo mejor en cuestiones que de verdad importan. 

https://www.youtube.com/watch?v=XQKGigb5l28

jueves, abril 09, 2015

DECORO MUSICAL PROCESIONAL


Deambular por la Semana Santa santanderina, por la de cualquier ciudad hispánica supongo, no deja de ser una extraordinaria fuente de frescos y anécdotas costumbristas. A la choni vociferante de la última entrada de este blog, quiero sumar hoy una pequeña y sabrosa anécdota de corte musical.

Llamaban decoro en el teatro a la perfecta y deseable coherencia entre el tipo del personaje y su lenguaje, ademanes, vestimentas, etc. Podríamos llamarlo directamente sentido estético-común. Un concepto que aplicado a la música, y más si de celebraciones litúrgicas en particular o religiosas en general hablamos, recomienda que el espíritu y contenidos de los acompañamientos sonoros sean adecuados al momento en cuestión. Por mucho que los tiempos de Navidad inviten al organista de la parroquia a interpretar villancicos populares, no parece la mejor idea que el féretro del muerto entre en la iglesia mientras suena (les juro que es cierto, que lo fue hace algunos años, en una iglesia santanderina de la que no voy a dar más datos) Hacia Belén va una burra. De la misma manera en la que uno no acaba de entender por qué en la mitad de las bodas se acaban interpretando durante la eucaristía salmos penitenciales.

Como ya he comentado, en los últimos años ha habido un repunte en la Semana Santa de Santander, en la participación en las procesiones en concreto, y las cofradías pugnan por mejorar tronos, presentar nuevos pasos y presentarse con mayor solemnidad. Con mayor o menor fortuna, esa mayor solemnidad hace que muchas cofradías procesionen acompañadas por música, con bandas propias o amigas. Y hay quienes caminan acompañados por una banda de gaitas.

La gaita es instrumento solemne sin duda, tanto como festivo, y desde luego que uno conoce todo un amplio repertorio militar o sacro apto para desfiles y caminatas de toda índole. Pero no debería bastarles a los gaiteros con tocar una pieza de aire lento, sobre todo si tenemos en cuenta que en el repertorio cántaro muchas de estas piezas son versión instrumental de tonadas vocales o cantos de ronda bien conocidos y con letras inscritas en la memoria popular. Quiero decir que es casi inevitable (bueno, inevitable para mí, que además de malo muy malo son un conocedor regular del folklore cántaro) canturrear la letra cuando escucho la música.

El caso es que, vamos al lío, cortito, al lado de mi casa tiene su sede una cofradía que procesional con gaitas. Iban a salir sus pasos de la iglesia cuando las gaitas comenzaron a tocar, por cierto que suenan bastante bien, y desde luego mucho mejor que algunas otras formaciones intervinientes y más desafinantes que desafiantes. Saltaron los aires populares y pudimos presenciar a Cristo cargado con la cruz de camino al Calvario mientras escuchábamos "Si vas a Reinosa, párate en Pesquera" y a la Inmaculada Dolorosa moviéndose lenta y solemne mientras las gaitas decían "la niña que tiene amores siempre está descolorida".

En  fin.

viernes, abril 03, 2015

DEVOCIÓN CHONI



No dejan de resultarme interesantes las procesiones y otros rituales de Semana Santa, desde un punto de vista estético, sociológico o antropológico desde que a la Iglesia Católica y a mí se nos rompió el amor de tanto usarlo. Me tengo prometido a mí mismo visitas a Zamora, Valladolid y Sevilla algún año de estos en coincidencia con tan señalada fiesta, pero las de Santander parece que no acaban de alcanzar la talla en ninguno de los tres aspectos, y eso a pesar de que desde hace algunos años se haya  puesto de moda lo de que los niños luzcan capirote penitencial un par de veces.

Estoy seguro de que siempre ha habido émulas de Belén Esteban y aprendices de Carlos El Yoyas por las calles. Estoy seguro también de que una parte de quienes participan en las procesiones lo hace desde una fe sencilla, sincera y sin vueltas, y otra buena parte, entiendo que mayoritaria, desde una más o menos respetuoso incorporación del rito a sus usos de cristianismo BBCE (Bodas, Bautizos y Comuniones, Entierros). Pero ni por esas deja de resultarme pintoresco el retablo costumbrista con el que me encontré la pasada noche del Jueves Santo, cuando nos tropezamos unos amigos y yo con el regreso a casa de la Cofradía de La Merced y su paso del Ecce Homo.

Santander, ya sabrán, tiene unas bonitas cuestas. No es que la de la calle Gándara sea de las peores, pero tiene unas pendientes que sugieren que no es la mejor idea subirlas con trono e imagen a cuestas. Así pues, y ya que la cofradía tiene su sede bien subida la cuesta, se ha convertido en un pequeño momento fuerte ese en el que los sacrificados portadores esperan a que la rampa esté despejada, toman aire, fuerza y pegan una carrerilla con el Cristo (o en su caso la Virgen) hasta el seguro llano de la calle Bonitas. Justo en ese encuentro entre Bonifaz y Gándara nos hallábamos cuando la cofradía comenzó a ascender, con banda de cornetas y tambores, penitentes de en general escasa edad, varios militares de mar y tierra que uno no acaba de entender en estas devociones que poco de oficial tienen o pueden tener en un estado que por orden constitucional debe mantenerse neutro en cuestiones de fe y toda una rueda de familiares preparados para aplaudir la subida al mini Tourmalet.

Supongo que hubo un error o bien en la orden o bien en su ejecución, ya que los portadores iniciaron su carrera ascendente sin que la banda y los militares hubieran terminado su caminata por el tramo en cuesta. O lo que es lo mismo, que casi al final del esfuerzo, el Ecce Homo tuvo que verse refrenado en su carrera ante el riesgo de atropellar a cuatro militares de gala, un bombo, dos tambores y un coordinador penitencial gesticulan.

Fue entonces en ese tenso momento cuando ella, nuestra Belén local, justo a nuestro lado, levantó el brazo y abrió la boca. Nos miramos pensando que como tantas otras tradiciones importadas e impostadas, a lo mejor ahora había llegado a ser súper santanderina la del canto de saetas, y que sin duda la mujer comenzaría con un más o menos afinado Aaaaaaaayyyyyyyyyyy. Cuál no sería nuestro asombro cuando el devoto silencio lo rompe con (literalmente)

"JODER, LOS PUTOS VIEJOS. ESOS, LOS VIEJOS, MIERDA YA, LOS PUTOS VIEJOS DE MIERDA QUE SE QUITEEEEEEEEEEEEEEN" (fin de la cita)

Nos apartamos instintivamente dos pasos a la izquierda, no fuera que los brazos, siempre en dulce manoteo durante el devoto y fino parlamento acabaran rompiéndonos los niños. También y no menos medrosos se apartaron los putos viejos, perdón, los militares y la última fila de cofrades y tambores, y al fin pudieron finalizar su ascenso paso y portadores. Mientras en mi cabecita nada inocente, siempre predispuesta al mal, sonaba un "no es esto, no es esto", previo a la reflexión sobre la devoción, el recogimiento, la actitud de respeto y silencio que uno, pobre, atribuía a las procesiones y a sus participantes. Al menos hasta darse de morros con la España de la Esteban.


martes, marzo 03, 2015

¿QUÉ FUE DE GARCÍA DE CARRASQUEDO?


Leo en el blog del alcalde de Santander que somos lo más de lo más en actividad y propuestas culturales. Me da que voy a comentar su artículo mañana o pasado, porque la verdad es que no lo veo. Supongo que los números cantan… aquello que les ordenan cantar, pero algunas realidades pueden resultar tirando a tozudas. Pero oigan, que sí, que seguramente sea yo que miro la realidad santanderina con ojos de pitufo gruñón. 

Por ejemplo, seguro que soy yo, cabezón y tergiversador, el único que sigue sin ver que el Ayuntamiento de Santander y otras instituciones culturales públicas y privadas de la ciudad y de Cantabria se han volcado históricamente con el parvo legado musical que nos llegó de aquellos que fueran maestros de capilla de la catedral santanderina, con especial hincapié en el que tal vez fue el mejor de sus titulares, Juan Antonio García de Carrasquedo. Y como quiero confirmar que soy yo el malo y no la realidad, me dispongo a consultar la edición crítica de la obra de Carrasquedo cuando… , mejor dejo lo de edición crítica y me limito a las partituras editadas cuando… Oh, wait! que dicen ahora por las redes sociales, que no hay edición alguna. 

Gran cosa ésta, me digo, porque fue hace ya muchos muchos años cuando la musicóloga norteamericana Lynne Kurzeknabe aterrizó por Santander, tuvo conocimiento de la existencia de García de Carrasquedo y se puso durante muchos años manos a la obra de archivo musical en archivo musical (los de Santander estaban esencialmente arruinados) hasta conseguir transcripciones y datos suficientes para que su coro (Coral de Santander, Camerata Coral de Santander, Camerata Coral de la Universidad de Cantabria según qué tiempo histórico) diera nueva vida a la producción del compositor clasicista e incluso tuviera la oportunidad de realizar dos grabaciones, con el soporte económico del Aula de Cultura de Caja Cantabria (O, tempora, o mores) y de la Universidad de Cantabria, respectivamente. Y algunas pocas ayudas más, como de refilón y más por afinidades personales que por compromisos institucionales, de bastante poca monta.

Porque, seamos serios, Carrasquedo sólo importó, sólo importa a Kurzeknabe, que dedicó muchos años de su vida a su legado, al histórico de cantantes de la Coral/Camerata, que hicimos nuestra esa pasión en diferentes momentos, y muy poca gente más, casi toda de fuera de Cantabria, pero sin olvidar por aquí a gente como Jesús Maza, José María Ureña o Rafael de la Sierra.

El caso es que el mejor homenaje que se le puede hacer a un creador es la publicación y difusión de su obra. Y si hablamos de este peculiar afrancesado de los últimos años del XVIII y primeros del XIX, hablamos de una oportunidad pendiente y tal vez al límite. Porque los años no pasan en balde para nadie, para Kurzeknabe tampoco, y cada vez es menor el tiempo que queda para por lo menos poder poner orden en su trabajo y digitalizar sus transcripciones. Puede que ella ya no pueda (o ya no quiera) enfrentarse sola a tal trabajo, puede que ya los sistemas informáticos de escritura musical le hayan pasado de largo, puede que sólo ella sea capaz de organizar los papeles tal como los tiene, me consta, perfectamente organizados en su cabeza. 

Puede, ay, que para mañana sea tarde. Que un día el alcalde de Santander, o el Presidente de Cantabria, o sus responsables culturales, o las instituciones que dicen que velan por la cultura piensen que ha llegado la hora de Carrasquedo, pero para entonces sea necesario empezar otra vez de cero. Al menos de tres con cinco, y eso siempre gracias a que Kurzeknabe habrá dejado con mayor orden o desorden datos, referencias y copias almacenadas.

Así que mientras el alcalde y los suyos engordan de satisfacción porque somos en cultura lo más de lo más, García de Carrasquedo vuelve hoy a morirse, a languidecer lentamente, esperando un remedio que hoy por hoy no toca.

Al fin y al cabo, dirá De la Serna, ya le pusimos calle al ilustrado ese. Que parece que no se conforman con nada, oye ya.
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